Una Primera Impresión

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Ya entrada la noche, mientras Yongsun fregaba la mesa sucia y manchada de sangre que esperaban que utilizara para operar, llamaron a su puerta.

Se quedó congelada, con el paño húmedo y manchado de sangre aún en la mano.
No conocía a ninguno de los piratas lo bastante bien como para discernir de quién se trataba basándose únicamente en su forma de llamar a la puerta, pero por la razón que fuera, le pareció un golpe demasiado corto para pertenecer a Wheein.

Por favor, no seas Akwi.

Ya la había interrogado sin descanso, y no creía poder soportar otra ronda de preguntas, no después de todo el ron que Wheein le había hecho beber.

Apenas recordaba su verdadero pasado, por el momento, y mucho menos el que la cocinera se había inventado.

Su desconocido visitante golpeó la puerta con los nudillos por segunda vez.

-¡Ya voy!

Dejó el trapo sobre la mesa y fue a abrir.
La abrió, medio esperando encontrar a Akwi, que regresaba con más preguntas, pero en su lugar, encontró a la mismísima capitana Moon Byul frente a su puerta.

Yongsun parpadeó sorprendida.

-Tú.

La capitana pirata estaba apoyada en la puerta, con el codo apoyado en el marco y el brazo por encima de la cabeza. Se comportaba con una indiferencia despreocupada y, sin embargo, daba golpecitos impacientes en la punta de su tricornio, como si llevara horas esperando.

Byul se inclinó hacia delante.

-Prefiero capitana. -le dijo a Byul. Una sonrisa irónica se curvó en la comisura de sus labios-. Suena mejor que , ¿no crees?

Con la capitana tan cerca, Yongsun volvió a percibir aquel dulce aroma en su piel, una sublime combinación de flores y cítricos. Le vinieron a la mente aquellas preciosas flores tropicales que utilizaba a menudo para infusiones medicinales.

Hibisco.

Byul olía a hibisco.

Hibisco y naranjas.

Y a ron.

Definitivamente había ron en su aliento.

-Has estado bebiendo. -se dio cuenta Yongsun.

-Tú también. -dijo Byul. Se rió entre dientes, mientras Yongsun trataba de comprobar discretamente su propio aliento-. ¿Wheein?

Yongsun dejó caer su mano.

-Ella insistió.

Byul asintió.

-Como todavía estás de pie, supongo que te dio el ron bueno.

-¿Cuántos tipos de ron hay? -preguntó Yongsun.

Byul miró por encima del hombro de Yongsun, con la inquietud visible en sus ojos oscuros.

-Invítame a entrar.

Yongsun frunció el ceño ante su tono brusco.

-¿Tengo que hacerlo?

Byul volvió a mirarla.

-Bueno, preferiría eso a levantarte y apartarte de mi camino. -Se encogió de hombros-. Tengo los brazos un poco cansados.

Incluso con sólo los antebrazos y la clavícula a la vista, bajo la camisa y el jubón de cuero, aún se apreciaba suficiente definición muscular como para que Yongsun no dudara de la fuerza de la capitana.

Lo que sí dudaba, sin embargo, era que aquella capitana pudiera levantarla.

Incluso después de pasar hambre en una mazmorra durante semanas, seguía estando en el extremo más curvilíneo del espectro.

Piratas de Aletharia [MoonSun] #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora