Capítulo 5

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Sus ojos se negaban a abrirse, tenía miedo de el desastre que podía encontrar, trato de buscar las zonas en su cuerpo que le dolieron pero solo sintió una presión en sus manos, tomando una bocanada de aire se atrevió a abrir sus ojos entrecerrandolos por la fuerte iluminación, cuando éstos se acostumbraron a la luz, divisó como en una esquina estaba hestia amarrada, volteo la mirada a su izquierda y noto a su hermano en la misma posición que ella.

  Arrodillada en el centro mirando al frente donde se veía, ¿el espacio? ¡Estaban en el espacio?! No podía creerlo, como llegaron allá, sus ojos vieron una cabina con múltiples botones y hologramas que mostraban una ruta, esto no era humano.

Su hermano despertó pocos minutos después que ella, los dos se miraron con confusión, la menor tenía lágrimas que aún sobresalían de sus ojos y el mayor trataba de buscar una forma de escapar, pero de qué huir?

No había nadie ahí pero se sentía una presencia, solo eran ellos tres en una nave extraterrestre, eso si suena loco. Al final del pasillo se Escucharon murmullos cada vez más cerca, alguien se acercaba, ninguno de los dos gemelos bajo la mirada, querían saber que era lo que los trajo hasta acá. Al parecer las teorías de la rubia eran ciertas, un mundo se encontraba en las alturas, pero nunca pensó conocerlo de esta manera.

Tres hombres encapuchados se revelaron ante los Collins, pero sólo uno de ellos se quitó la túnica que cubría su cara, era Helios, el chico que conoció en esa fiesta, su mirada se tornó en decepción pero más en rabia. El Rubió se le acercó para quitarle el bozal que tapa su boca, cuando está fue liberada lo primero que hizo fue escupirle en la cara, enseguida el contrario reaccionó y empezó a limpiarse.

— Ojalá te pudras en el maldito infierno-— Le dijo, conteniendo toda su rabia, todo en su mente empezó a conectar, aquel día en la fiesta el no llegó por casualidad, cuando estaba en kfc y el carro frente a su casa, todo eso ¿había sido Helios?

—. Yo soy el infierno cariño—. Cariño? Ese desgraciado extraterrestre le había dicho cariño? Si no tuviera las manos atadas le estaría dando golpes horribles

—nunca en tu jodida vida me hables— solo escucho una risa ajena.

—, que lastima para ti, ahora me tendras más cerca que nunca.

—.No me he presentado aladfar, disculpa mis modales, soy Helios Soleil hijo del Sol, mi pueblo y yo vivimos en este, les parecerá absurdo, pero creo que viendo que están en el espacio en una nave completamente diferente a las humanas deben sospecharlo. No somos extraterrestres, somos seres de las estrellas y ustedes son algo especiales.

 La última parte dejó a la chica boca abierta y su gemelo abrió los ojos como platos, ¿qué estaba diciendo este idiota? ¿Seres de las estrellas? ¿Ella es especial? No entendía nada y eso era lo que más le preocupaba.

—. No se preocupen por entenderlo ahora, cuando lleguemos liberaremos su poder y yo personalmente les explicaré este tema —, el chico sonreía, ese perro desgraciado tenía la confianza de tomarse esto a juego, la vida de su hermano y mejor amigo incluso la de ella corría peligro y este infeliz ¿sonreía?

 Una mueca de asco se formó en su cara, el Rubio le provocaba asco, el cohete se empezó a sacudir, ¿una turbulencia? ¿Incluso en el espacio? Se estaba imaginando lo peor y más cuando vió una nave gigantesca ponerse al frente de ellos. Unas ondas azules salían del vehículo para que luego en la cabina rebotara una voz extrañamente conocida

 —. Helios Soleil, estas pasando por territorio de Saturno, se le hará una inspección antes de cruzar —. Escucho la reacción de molestia del mencionado, no era algo bueno, el no lo era, el bozal fue puesto antes que gritara y arrastrada con su hermano. Los dos se resistían, pero no sirvió de nada cuando las esposas ahora eran Rojas y aprestaban con mucha más fuerza y les mandaba medianas descargas eléctricas cada vez que se movían.

Un minuto después llegó Hestia, ya despierta, cuando vió su cabellera Roja sintió alegría. Al menos iban a morir los 3 juntos, ahora se encontraban en una cabina oculta, donde nadie podía verlos o siquiera sentirlos

—. Titan Satyros, tan amable como siempre, decidiste venir tu personalmente a revisar —, una sonrisa se mostró en la cara de Helios mientras que en la de titan solo existía una mueca de desgrado.

 —. Es obligatorio, no te creas tan importante — respondió en seco el peli blanco y instantáneamente el rubio rodo los ojos. Nadie los podía escuchar pero ellos si oían todo lo que hablaban allá afuera. La inspección se llevó acabo por el odion y 15 minutos había terminado listo para marcharse.

 — Espero nos volvamos a ver, mi señor — esa última palabra lo dijo con la intención de molestar al contrario, cosa que hizo efecto. Odiaba la voz de helios. Satyros odiaba al sol.

Algo dentro de Lyrae Broto, se sintió como si el capullo de una flor se rompiera, sus ojos ardieron y el tono azul característico en ellos ahora brillaban como si fuera el último momento de su vida.

Satyros sintió como alguien lo llamaba, estaba pidiendo ayuda, detuvo su paso para notar como estaba llorando, sus ojos desbordaban lágrimas como nunca, su mirada se alzó hacia la cabina oculta, la pared que estaba en el medio desapareció.

Fue ahí cuando sus miradas conectaron, los dos sintieron una chispa arder, como si sus poderes se conectarán, como si éstos se anhelaran, el tono azul tenue de los ojos de satyros ahora brillaban como una llama azul, ella lo estaba llamando y el estaba respondiendo. El mundo desapareció y solo eran ellos dos conectándose, uniéndose.

 —¿Satyros? ¿Te encuentras bien? —. Se acercó el chico cuando vió el brillo azul de los ojos contrarios, el nombrado se acercó rápidamente para tomarlo del cuello y lanzarlo contra la pared poniendo sus manos en el cuello.

—. ¿Por qué mierda la tienes? —. Se sabía que la voz de un odion era poderosa, capaz de derrumbar a alguien pero la de titan era mucho más fuerte, como si esa llamarada en sus ojos fuera un potenciador a sus poderes, el rubio no podía hablar de la presión en su cuello, era consiente de su gran poder pero incluso eso era débil ante la ahora descomunal fuerza de satyros.

 Soltó al chico para con velocidad ir a la cabina rompiendo la pared, viendo a la chica, su Κβαντική σύνδεση.

Enseguida llegaron sus hombres cuando se escuchó el ruido de la pared rompiéndose, titan la cargo en sus brazos como si fuera una princesa, sus miradas en ningún momento se apartaron, no existía nada que lo impidiera, dio la orden a sus guardias de que tomaran a los otros rehenes y se los llevarán a su nave, cuando abandonaron la nave de Soleil esta despegó enseguida a la velocidad de la luz, no podía tener una batalla ahora.

Cuando ingresó sintió como todo aquel poder desvanecía y como sus piernas flanqueaban, lo mismo sucedía con Lyrae. Ella no podía ver bien y cuando el Albino la soltó, enseguida los dos cayeron al suelo, incluso en esos momentos, no dejaron de mirarse hasta que sus ojos se cerraron voluntariamente.

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Espero que les guste este capítulo, me esforze mucho escribiendolo, no se olviden de votar si les gustó 💞

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