Donde terminan las estrellas

Capítulo 7

—. Odio a los hombres.

Dijo la rubia tirándose a la cama con la mirada cansada, en su pecho se sintió una presión extraordinaria y incertidumbre, sabía que no eran sus emociones, su hermano se sentó en la cama para luego sentir la presencia de Hestia haciendo el mismo movimiento que su gemelo, ellos querían preguntarle qué pasó pero no querían molestarla.

—. Discuti con Titan, al inicio tenía razón pero después me dijo que no podía salir sin su permiso, eso me dió rabia, se que estamos conectados pero el no tiene ningún derecho sobre mi. —. La chica contó frustrada poniendo sus manos en la cabeza tapándose los ojos y el cabello chocandole la cara.

—. Entiendo que estés molesta lyra pero no puedes tratarlo así, estamos en un lugar desconocido lo menos que podemos tener ahora es otro enemigo.

 Ahora estaban los dos acostados, tenían miedo y no sabían que pasaría de ahora en adelante, su vida había cambiado, ellos también.

 —. Aladfar tiene razón, no podemos tener otro enemigo y mucho menos titan que nos salvó, hay que estar más unidos que nunca, el adversario encontrará la forma de intentar acabar con nosotros, tenemos que prepararnos para lo que pueda venir.

  los tres en la cama, viendo el techo con miles de pensamientos agobiando sus mentes, cada uno era un arma que los villanos no durarían en usar si los capturaran, los gemelos por sus poderes y Hestia para llamar la atención de los gemelos, estaban entre la espada y la pared.

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—, señora meridea no podemos registrarlos como desaparecidos hasta que pasen las 48 horas —, meridea no podía creer lo que escuchaba, dos días tenía que esperar para que empezarán a buscar a sus niños, a sus bebés.

—. ¡¿Entonces dejaran que mis hijos se mueran?! ¿Y si les pasó algo? ¡No se nada de ellos hace un día! —. Estaba histérica, con lágrimas en sus ojos salió de la estación cerrando con fuerza la puerta.

Se acercó al parque de la zona sentándose en una de las bancas de este mismo, sus manos rodearon su cuello bajando la cabeza sintiendo como las lágrimas volvían a salir de sus ojos recorriendo sus mejillas, algunas cayendo al suelo.

Se sentía culpable del desaparecimiento de sus hijos, de sus pequeños, de aquellos niños que no cuido como debía y se mantuvo distintante de ellos por su trabajo, los descuido y se arrepentía demasiado, quería verlos, enredar sus dedos en las cabelleras rubias.

—. Perdónenme mis niños, perdon por no ser la madre que debía ser, por estar ausente tanto tiempo, perder sus cumpleaños en ocasiones, no estar presente cuando entraron a la secundaria y hicieron el examen de admisión a la universidad, no se merecen una madre como yo, les falle. me falle a mi misma, le prometí a su padre que los cuidaria pero fuí tan egoísta y solo me centre en mi dolor por perder a mi esposo pero ustedes perdieron a su padre, espero que estén bien donde sea que estén.

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Luego de aquel encuentro con ese chico, el no decidió acercarse a ella dándole su espacio personal pero mandó una mucama para que sirviera en cada necesidad que esta podría tener.

 —. Oye, ¿me puedes guiar a la Biblioteca de este lugar? Si es que tienen una —, la chica dio una reverencia asintiendo para con una seña hacer que la siguiera por los pasillos y luego de varios minutos llego a su destino, viendo la inmensa librería, la sirvienta le entregó un dispositivo explicándole que esto traducía la lengua de los akiros.

Con el aparato empezó a traducir lo que mostraban los letreros, para irse a la sección de historia y coger varios libros, si iba a estar aquí tenía que aprender las costumbres de los hogareños, como vivían, sus lenguas, paso dos horas estudiando hasta que la noche llego.

—. ¿Porqué los libros de aquí son tan enormes? Es el paraíso —. Dijo la chica mientras leía lo traducido por el aparato, pensaba seguir sentada leyendo pero su estómago deseaba que lo llenarán, tenía mucha hambre, no había comido nada y sentía su cuerpo pesado, se levantó de la silla para mirar por el gran ventanal y ver las estrellas, todo se veía hermoso, el cielo brillaba como nunca, podía decir que sin las luces de la ciudad todavía se vería más iluminado. Era una teoría que algún día descubriría o eso esperaba.

30 minutos después salio del lugar para caminar por los pasillos buscando la cocina, dejó de sentir las emociones de titan, no entendía porque, en ocasiones sentia leves presiones en su pecho, sabía que eso era un sentimiento ajeno, se detuvo en una puerta que tenía una estrella enorme en el centro.

La curiosidad le gano y entró con cuidado de no encontrarse a ese Albino, ya no estaba enojada pero no quería verlo, un enorme espejo estaba en el techo que queda enfrente de la cama, le daba tranquilidad el lugar y algo familiar. 

Noto como tenía una ventana gigante que daba vista al cielo, las habitaciones del palacio tenían algo en común, siempre existía una ventana para observar el cielo, agradecía enormemente eso, su fascinación por las estrellas aumentaba cada vez que veía el cielo y aprendía cosas nuevas de las estrellas por los libros que leyó.

La puerta se abrió dando vista a aquel ser que no deseaba ver, era titan, asimiló todo, estaba en su habitación, oh no, esto no podía estar pasando, el destino porque la ponía en estas situaciones. Se preguntó sin despegar la mirada de titan.

—. Primero me regañas y no me dejas hablar y ahora irrumpes en mi habitación, ¿qué falta? ¿Besarme?

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