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Era un sol abrazador y ya me estaba ahogando en mi propio sudor, y eso que nada más había estado caminando por tres minutos. PJ y Bobby no tuvieron que sentir este calor, ya que fácilmente podían ir a la cafetería sin necesidad de poner un pie afuera. Me quité el sudor que resbalaba por mi frente con la mano y lancé un suspiro, maldiciendo que la fraternidad de los Gammas estuviera algo retirada. Finalmente llegué. Me paré del otro lado de la acera y miré la casa por unos momentos; tenían la puerta de entrada principal abierta, al parecer, para que entrara un poco de la brisa del exterior. Miré a todas direcciones; no se podía ver a ningún Gamma en el patio.

Me crucé la calle y caminé hasta la casa, evitando la puerta principal. Sabía que era una pésima idea entrar sin ser invitado, y más teniendo en cuenta que aún me odiaban. Llegué a la parte trasera de la casa y levanté la vista para ubicar la ventana de Brad. Recordaba que me había dicho en el mensaje que la suya estaba abierta, así que mire cada una de las ventanas y me detuve en la que estaba abierta. Me agaché por una roca y estaba dispuesto a aventarla para llamar su atención. Me detuve en el último segundo al recordar que simplemente podía mandarle un mensaje. Dejé caer la roca y saqué mi teléfono para escribirlo, mientras hacia eso pensaba que aventarle una roca se hubiera visto muy cliché y muy de película romántica.

Max: Estoy en el jardín trasero, ¿podrías asomarte?

No pasaron ni cinco segundos cuando vi el copete de Brad asomarse por la ventana, hasta que finalmente, de la cintura para arriba, estuvo completamente fuera. Pude notar que se había cambiado ya que llevaba puesta una camisa de mangas cortas, y yo que creí que nada más iba a estar en short.

-Wow, entonces sí viniste. Dime, galán, ¿qué tal el calor? -dijo él mientras se recargaba en el marco de la ventana.

-Sí, sí, burlate todo lo que quieras. Solo quiero recordarte que lo hice porque tú no tienes cultura cinéfila -lo señalé con el dedo y solo vi cómo se reía-. ¿Entonces puedo pasar o no?

-Jajaja, sí, ¿cómo no? Mmm, no lo sé... ¿Debería dejarte pasar? O mejor te dejo ahí afuera. Qué gran debate -puso una cara de estar pensando mientras tamborileaba sus dedos en el marco de la ventana.

-Ya, Bradley, o qué... ¿Acaso te estás imaginando que vengo a rescatarte de esa torre que te tiene prisionero y te voy a llevar a mi castillo para vivir felices para siempre? -le dije de forma burlona, luego me hice el pelo para atrás y lo volteé a ver, pero ahora con una mirada pícara.

Pude ver cómo apartó su vista de mí y extendía su mano mostrándome el dedo grosero. No lo quería admitir, pero yo sabía que lo había puesto nervioso.

-Cállate, Max. Ah, pues, más o menos harás eso ya que por la puerta no vas a pasar -ahora me miraba de forma retadora y con una sonrisa altanera-. Lo harás por aquí, por la ventana.

-¿Y cómo carajos piensas que haré eso?. No soy Spiderman como para trepar hasta ahí. ¿No es mejor que les digas a tus amigotes que soy el repartidor de pizza? Vamos, con estos lentes de sol soy casi irreconocible -mi rostro mostraba una expresión de sorpresa ante lo que había dicho. De verdad que este tipo estaba loco.

-Sí, bueno, en primera, si ves a tu derecha, hay un árbol muy grande en el cual puedes trepar y fácilmente llegar hasta aquí, Spiderman. En segunda, la verdad no me dan ganas de decirles. Y en tercera, Max, te pude reconocer fácilmente con esos lentes desde aquí, y la verdad se te ven ridículos -decía eso de una forma relajada con ese tono tan característico de él a la vez que levantaba los dedos de su mano, mencionando los puntos.

No le vi más sentido a seguir discutiendo. Simplemente podía dar media vuelta y marcharme, pero ya estaba aquí y no soy de los que dicen que no a un reto. Rodé los ojos, me puse bien la mochila y caminé hasta el árbol con paso firme. Levanté la vista y pude notar que el árbol era muy, muy alto. Tragué saliva y, sin pensarlo dos veces, empecé a trepar, agarrándome de las ramas y sin mirar abajo. No podía creer que estaba haciendo esto, yo, Max, dejándome mangonear por un tipo con cero sentido del humor.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓𝒔 𝒊𝒏 𝑺𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 - 𝓜𝓪𝔁𝓵𝓮𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora