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¿Alguna vez han sentido como si su corazón estuviera a punto de salirse de su pecho? Como si estuvieran en medio del mar, rodeados por olas gigantescas, a punto de ahogarse sin ningún bote salvavidas a la vista. Como si su respiración se volviera cada vez más difícil, y cada inhalación pareciera una batalla perdida, hasta el punto en que incluso dejar de respirar pareciera una opción aceptable, porque el miedo y la incertidumbre son tan abrumadores que ya no importa. Así es como se siente la ansiedad de salir del clóset.

Te preguntas si serás aceptado o si todo lo que conoces cambiará para siempre. La ansiedad te consume, te roba la paz y te hace cuestionar cada palabra, cada gesto, cada mirada. Te encuentras atrapado entre el deseo de ser auténtico y el terror de las consecuencias. Es horrible. Es un peso que llevas día a día, esperando el momento adecuado, si es que alguna vez llega, para así liberarte de esa carga y finalmente... respirar en libertad.

Creí que ese momento había llegado.

Ahora ya le había dicho a alguien lo que era, lo que sentía. Era bisexual. Y la primera persona en saberlo fue Rosalie, de la cual esperaba pacientemente una respuesta. Pero nada, solo había silencio, roto por el susurro del viento entre las hojas y el latido agitado de mi corazón, que resonaba en mis oídos como un tambor ensordecedor. Ella tenía la vista apartada de mí, no podía verle el rostro así que no podía tratar de descifrar lo que estaba pensando.

Ella solo arrugaba con las manos su pantalón y de vez en cuando soltaba un suspiro. Eso me mataba.

Miré a mi alrededor, viendo a las personas disfrutar del día en el parque, ajenas a mi tormento interno. Los niños reían mientras jugaban, las parejas caminaban tomadas de la mano. Todo parecía tan normal, nadie sabía que mi doloroso secreto había sido revelado.

Puede que ahora todo esto les resulte dramático. Un cliché de cualquier película o libro que toque estos temas. O que en algún momento esto les dé algo de cringe. Pero solo quiero preguntar algo.

¿Alguna vez han estado en mi lugar?

¿Alguna vez han tenido que aguantar esto en su interior durante días, meses... años?

¿Han sentido el miedo de que, al revelar su verdad, podrían perderlo todo?

Me preguntaba si había cometido un error, si al abrirme a ella había arruinado nuestra amistad. Cerré los ojos con fuerza, deseando poder retroceder en el tiempo y no haber dicho esas palabras, o al menos haberlas dicho de una manera diferente. Pero ya está hecho, y ahora debo enfrentar las consecuencias.

El silencio se sentía interminable, y cada segundo que pasaba aumentaba mi ansiedad. Mis piernas temblaban al igual que mi labio inferior, la vista se hacía cada vez más borrosa, mi respiración era irregular. Y todo esto solo por decir algo que a la mayoría le parecería tonto o exagerado.

Mi vida se había vuelto muy dramática desde que conocí a Bradley. Todo a mi alrededor lo veía diferente, ahora vivía con miedo, iba con cuidado ya que cualquier movimiento posiblemente podría delatarme. Tengo miedo de perder lo que tanto trabajo me costó conseguir. Y es por ello que entiendo a Bradley.

Es muy difícil aparentar algo que no eres solo para encajar. Me gustaría que en algún momento la sociedad cambiara de opinión con respecto a esto. No quería ser tratado como un bicho raro, solo quería que me vieran por lo que soy. Max Goof.

Aquel joven que es un desastre, aquel que tiene un corazón enorme y siempre está dispuesto a ayudar a sus amigos, aquel que busca hacer lo correcto, aquel que... está enamorado de Bradley.

Las lágrimas amenazaban con escaparse mientras luchaba por mantener la compostura. Había esperado tanto tiempo para decirlo, para liberar esa parte de mí que había mantenido oculta por tanto tiempo. Esperando poder manejar lo que sucediera después.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓𝒔 𝒊𝒏 𝑺𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 - 𝓜𝓪𝔁𝓵𝓮𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora