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¿Recuerdan cuando dije hace dos días que todo estaba bien, que nada malo iba a pasar y que quería que así se quedara? Pues, al parecer, hablé demasiado pronto porque el universo me recordó que no todo me puede salir bien. Ahora, por mi torpeza, me encontraba en la enfermería, solo y con un dolor horrible en la rodilla derecha.

Lo que pasó es que en el periodo de descanso, PJ, Bobby y yo aprovechamos para patinar un poco. Estaba muy entusiasmado y seguro de mí mismo, ya que el truco de caer sobre la patineta con ambas manos ya me había salido. Fui codicioso y quise ir más allá, arriesgarme y dejar que la adrenalina me invadiera. Intenté un truco llamado "Impossible" creado por Rodney Mullen, que consiste en dar vueltas muy técnicas, un ollie para ser exactos, y caer en una voltereta un poco inclinada. Es algo difícil de explicar, pero la verdad es algo muy genial cuando lo ves.

El caso es que lo intenté, pero al momento de aterrizar en la patineta después de hacer el primer ollie, perdí el equilibrio y caí fuertemente sobre mi rodilla. El dolor era punzante y poco a poco crecía mientras el área se iba hinchando. Fue horrible. Bobby y PJ me ayudaron a levantarme y fuimos rápidamente a la enfermería, bueno, fuimos algo lento ya que no podía apoyar bien el pie y si lo hacía, mi rodilla me comenzaba a doler de una forma espantosa. El trayecto fue tedioso, pero llegamos finalmente y esperamos a que nos atendieran. La enfermera había ido a comer, así que me tocaba estar ahí hasta que regresara. En definitiva, me iba a perder la clase y al parecer PJ y Bobby harían lo mismo para estar conmigo, pero no se lo permití, no quería que se atrasaran por mi culpa. Este había sido un descuido mío y yo debía atenerme a las consecuencias. Ciertamente, el dolor no me dejaba pensar y la compañía me ponía más nervioso que tranquilo.

Al final, los convencí para que se fueran a sus clases. Les prometí que estaría bien y que vendrían a verme inmediatamente después de terminar la clase. Se fueron y me dejaron solo. La enfermería estaba vacía y yo solo estaba sentado con la pierna estirada hasta donde el dolor me permitía. Suspiré y me crucé de brazos mientras me recargaba completamente en la silla. Estaba acostumbrado a este tipo de accidentes, pero curiosamente este esguince me dolía más que los anteriores. Quise revisarme la rodilla y cerciorarme de que no estuviera nada roto. Traté de levantar un poco el pantalón, pero mi mano al rozar ligeramente mi rodilla provocó un fuerte dolor que me hizo hacer una mueca. Después, apreté mis labios mientras subía el pantalón más arriba de la rodilla. Una gota de sudor resbaló por mi frente y solté un suspiro agitado. Cuando por fin me relajé un poco, miré mi rodilla, la cual estaba completamente roja y muy inflamada.

<<Demonios, y esto justo me tuvo que pasar el día que no me puse rodilleras>>

Pensé, como fue una práctica rápida y espontánea solo fuimos directamente a la habitación por la patineta, pero me olvidé de tomar el casco, las coderas y rodilleras. Creí que no las iba a necesitar ya que solo sería un momento. Además, era lo suficientemente bueno como para caerme. Jajaja, grandísimo idiota.

Después de unos minutos, la enfermera llegó y rápidamente me pasó al pequeño consultorio. Ella me ayudó a levantarme y luego me sentó en la camilla para revisarme.

– Entonces, señor Goof, por lo que me ha contado, usted andaba en la patineta y por un descuido se resbaló y cayó sobre su rodilla. ¿Es correcto? – dijo la enfermera mientras miraba atentamente mi rodilla. Yo asentí a su pregunta. – Mmmm, muy bien, en efecto se trata de un esguince. No hay de qué preocuparse ya que con los cuidados y el reposo adecuado, esto sanará rápidamente.

Yo respiré aliviado. Lo último que quería era andar con muletas o algo por el estilo. Ella sacó una pastilla de un cajón y me la dio con un vaso de agua, serviría para aliviar el dolor. Después, agarró una pomada y me la colocó sobre el área inflamada. Aunque lo hacía de una forma suave, la rodilla me empezó a doler, pero yo resistí como pude. Al final, me colocó una venda y en el proceso me dijo que debía cuidarme más y utilizar el equipo adecuado para andar en skate. Yo rodé los ojos ya que estaba al tanto de eso; este pequeño incidente solo se trataba de un gaje del oficio. Unos minutos más tarde ya me encontraba "curado" y como compensación, la enfermera me dio una paleta de dulce. Con su ayuda, salí del consultorio y me volví a sentar en las sillas de afuera. En sí, su trabajo había terminado y ahora lo que pasara después era cosa mía. Suspiré y mientras comía mi paleta, saqué mi teléfono y revisé mis mensajes.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓𝒔 𝒊𝒏 𝑺𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 - 𝓜𝓪𝔁𝓵𝓮𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora