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Finalmente, hoy regresábamos a clases después de un día de descanso. Cada quien iba a su salón y seguía con su misma rutina. Al igual que yo. O eso intentaba.

Me encontraba en el salón de clases tratando de resolver un ejercicio que nos había asignado el profesor. Mi máxima concentración estaba en ello, ya que aquel trabajo valía una cantidad considerable de décimas. Eso quería decir que debía ponerme las pilas, pues la próxima semana eran los exámenes y necesitaba tener buenas notas. No podía fallar. Así que, a pesar del alboroto a mi alrededor y de mi mente inquieta, logré terminar el ejercicio, que me había llevado casi media hora.

Borré algunas anotaciones incorrectas con la goma de mi lápiz y luego soplé aquella basurita que se había generado. Yo sabía que era alguien listo, pero a veces me cuesta mucho poner atención, y este tema en particular me estaba dando algo de trabajo.

Empujé mi libreta y lo demás al frente de mi escritorio y luego me recargué completamente en el respaldo de la banca. Me crucé de brazos y le dediqué una mirada rápida a la playera que me había puesto, era de uno de los muchos conciertos de Powerline. Hace mucho no me la ponía y sinceramente me daba nostalgia. Estaba algo despintada, pero eso solo la hacía lucir un poco más cool. Me rasqué el pecho y luego le di una mirada rápida al reloj de mi celular.

Faltaban pocos minutos para que la clase finalizara, y pensar en eso provocaba que mi pierna subiera y bajara constantemente a causa del nerviosismo y la desesperación.

Definitivamente, estaba nervioso, demasiado, solo por el simple hecho de que después de clases vería a Bradley para hablar con él sobre lo que pasó la última vez que nos vimos. Cuando lo besé de forma inesperada.

Me tapé la cara con las manos y solté un suspiro pesado. Tenía miedo de lo que estaba a punto de pasar. No sé qué esperar, y sé que debo estar preparado mentalmente para lo que suceda a continuación.

Demonios... Cuánta presión.

El timbre sonó, indicando el final de la clase, y así fue como todos comenzaron a salir rápidamente del salón, incluyéndome. Normalmente, me esperaba a que el aula quedara medio vacía para yo salir, pero esta vez tenía mucha prisa.

Por unos momentos, no me concentré en el posible desenlace negativo de nuestra "relación"; más bien me concentré en el hecho de que lo volvería a ver. Puede que al principio sea algo incómodo, era entendible, pero aún así moría por volver a verlo.

Era un sentimiento algo difícil de describir. Por un lado, estaba emocionado por reencontrarme con él, pero por el otro quería que la tierra me tragara y así evitar esta situación, como ya mencioné, vergonzosa.
Como pude, me abrí paso entre la multitud de estudiantes hasta que finalmente, a lo lejos, divisé la puerta de salida del edificio.

—Max, ahí estás, te hemos estado buscando.

Escuché la voz de PJ a la distancia, pero no le presté atención y pasé de largo. De todos modos, los vería después, así que me podía permitir ser algo descortés en estos momentos. Salí del edificio e inmediatamente el sol me pegó en los ojos. Puse una mano sobre mi cabeza tratando de tapar un poco los rayos y la luz, mientras que con la otra saqué mi teléfono del bolsillo de mi pantalón.

Iba a revisar el mensaje que me había enviado por la mañana indicando el lugar exacto en donde nos veríamos.

Bradley: Te espero después de clases en las canchas, a un lado de la bodega.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒓𝒔 𝒊𝒏 𝑺𝒊𝒍𝒆𝒏𝒄𝒆 - 𝓜𝓪𝔁𝓵𝓮𝔂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora