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Capítulo 25: Tienes que estar bromeando.

Donum Deae - tienes que estar bromeando

"Seph... necesitas sacar a Bahamut más a menudo, ¡este ha sido el mejor maldito mes hasta ahora!"

El grupo estaba sentado en las playas de la Costa del Sol en la sala de realidad virtual con los otros miembros del DA simplemente tomando unas minivacaciones lejos de la nieve helada que cubría los terrenos del castillo.

Desde el mes pasado, cuando Sephiroth sacó a Bahamut Divine de Umbridge, nadie se había atrevido a hacer un movimiento contra él; ni siquiera el sapo gordo. Ella había estado callada... casi un poco demasiado callada. Los estudiantes que no formaban parte del DA se mantuvieron bien alejados de Sephiroth o se aseguraron de realmente ver lo que decían alrededor del hombre. Cosa que no le importó; los profesores tampoco parecían tan inclinados a meterse con él, incluido Snape.

Sus clases de Oclumancia en realidad habían ido bien, o tal vez Snape simplemente no era lo suficientemente poderoso para penetrar la mente de Sephiroth ahora que tenía el control total de sí mismo. Su primera lección cuando todavía estaba despertando, había sido capaz de sentir la presencia de Snape en su mente, solo que no quería echarlo porque desbloqueó los recuerdos. Esta vez, sin embargo, Sephiroth tenía el control total y descubrió que expulsar al hombre era extremadamente fácil; Jénova por otro lado..

Había hecho dos intentos más durante el último mes para hacerse cargo de la mente de su hijo una vez más. Aunque esta vez se estaba volviendo más difícil ya que ella era mucho más débil y Sephiroth no era tan mentalmente inestable como antes.

Su último intento la semana pasada casi había tenido éxito en abrumarlo ya que estaba emocionalmente comprometido; casi había cedido a la vieja sed de sangre cuando Umbridge prohibió el Quidditch. Solo había sido el remanente más pequeño lo que lo había sacado del borde. Puede que ya no hayan compartido un alma, pero el más pequeño todavía parecía compartir una conexión con él; tenía sentido ya que Kadaj había sido el más cercano a él antes, lo que también explicaba por qué su nuevo apodo era sanguijuela, ya que el chico lo atacaba cada vez que podía.

Y hablando de sanguijuela; Sintiendo un peso en su pecho, Sephiroth se subió las gafas de sol y sus ojos se encontraron instantáneamente con los de sus hijos más pequeños, sí, incluso lograron que se refiriera a ellos como sus hijos. (por más perturbador que fuera)

"¿Qué pasa Kadaj.." y aquí pensó que Loz y su infantilismo eran malos, Kadaj era un pequeño temperamental de mierda pero lo amaba. Amaba a los tres, pero Yazoo parecía ser el que podía manejar mejor.

"Papá... ¿podemos ir contigo en Navidad?" una sola ceja plateada se elevó cuando Sephiroth miró a su hijo menor. "Kadaj, me quedaré aquí como todos los años".

"No puedes ser padre, Umbridge anunció que todos los niños deben regresar a casa este año... a sus hogares reales". Yazoo se había movido detrás de su hermano Loz siguiéndolo fielmente. Sephiroth simplemente se encogió de hombros y se recostó en la manta de playa sobre la que estaba tendido junto a Génesis. "Voy a ir a snuffles que". Los trillizos se lanzaron miradas nerviosas, preguntándose qué tan mal iba a reaccionar su querido papá con esto. "Nueva regla del Ministerio, papá... tienes que volver con tus tutores para Navidad". Loz se encogió hacia atrás al igual que Yazoo mientras Sephiroth se levantaba lentamente sobre sus codos Kadaj ahora sobre su cintura; ojo entrecerrado en el resplandor más oscuro. "¿El Ministerio me obliga a regresar a casa de los Dursley?" una sonrisa muy lenta y muy malvada cruzó sus labios mientras se recostaba tirando y bajando las gafas. Génesis miró a su amante con una sensación de pavor llenando su estómago; él conocía esa mirada demasiado bien.

Los Dursley estaban jodidos...

El gran salón se llenó con la charla de los estudiantes, muchos no muy contentos con la nueva ley que había entrado en vigor. La mayoría de los estudiantes que normalmente se habrían quedado fueron los que más hablaron sobre esta nueva regla, ya que había una razón por la que no se iban a casa durante las vacaciones. Los otros fueron porque esto les impedía viajar a las casas de los familiares como lo harían normalmente.