Donum Deae »

Capítulo 46: Choque en la noche

AN: Wow... realmente han pasado casi dos años desde la última vez que actualicé esta historia. Bueno, puedo decir que mi vida ha sido un torbellino agitado de BS que normalmente me deja agotado y con muerte cerebral. Pero... veamos si puedo hacer que las musas hablen de nuevo.

......

Donum Deae: Va de golpe en la noche

....

Hogwarts de noche...

Incluso viviendo en un mundo donde la magia literalmente abarcaba cada respiración que tomabas, había algo en este castillo que solo podía describirse como 'Mágico'.

Era extraño caminar por estos pasillos de noche. Había esta calma entre las pinturas antiguas y los fantasmas que solo había sentido caminando por los senderos de grava de los terrenos del templo en Wutai cuando era niño.

Las pinturas dormidas no le hacían caso, las que estaban despiertas ni siquiera miraban en su dirección la mayor parte del tiempo. Los que sí hablaron en susurros..

Nunca antes habían visto a un estudiante moverse por los pasillos con un paso tan silencioso que incluso los fantasmas que flotaban cerca hacían más ruido. Le otorgó al otrora Wutain una extraña sensación de satisfacción, al ver las miradas desconcertadas cruzando los rostros de lo que debería haber sido simplemente óleo sobre lienzo. Parecía que incluso los objetos inanimados podían quedar desconcertados por los años de entrenamiento que le habían otorgado la caminata casi silenciosa. Requería un esfuerzo consciente real para caminar de una manera que ahora hacía ruido, lo que a menudo lo dejaba con calambres en las piernas debido al cambio de postura y la posición de los pies y las piernas.

Saltando sobre una barandilla cercana, el otrora turco se agachó, en perfecto equilibrio sobre la delgada barandilla. Si alguien mirara, parecería una gárgola posada en la barandilla. Una gárgola muy sexy... Pero una gárgola al fin y al cabo.

Parecía que Peeves se estaba metiendo en algo unos pisos más abajo. Moviéndose ligeramente en su posición elevada, Tseng miró hacia abajo tratando de señalar exactamente dónde estaba el poltergeist. Dondequiera que estuviera Peeves, Filch nunca se quedaba atrás. Ese squib había hecho que su misión en la vida fuera deshacerse de ese pequeño trasero travieso... O al menos eso era lo que les parecía a los estudiantes. Dumbledore parecía disfrutar mucho viendo al pequeño y travieso asqueroso meterse tanto con los estudiantes como con el personal.

El espíritu había intentado varias veces meterse con él durante sus primeros años. Ahora, aunque el poltergeist les dio a todos un amplio margen, todos los fantasmas lo hicieron ahora que lo pensó. Si bien alguna vez había sido común ver al fantasma de la casa flotando entre la mesa durante la comida, ninguno de ellos se atrevió a acercarse a su lugar colectivo. Sin duda podían sentir lo que todos eran. No muchos alguna vez desearon meterse con el ARMA de un planeta.

Un estruendo desde abajo casi enmascaró el sonido de un pie casi silencioso cayendo desde el pasillo. Con la cabeza ladeada, Tseng observó la oscuridad, con los oídos atentos a lo que se movía por el pasillo que acababa de abandonar.

Lentamente bajó de la barandilla, su pie rodando de una manera que ayudaba a minimizar el sonido que los zapatos requeridos por la escuela crearían en la losa de piedra.

Esta no sería la primera noche desde su despertar que había vagado por los pasillos oscuros en la oscuridad de la noche. Muchas noches se había sentado en algún rincón oscuro viendo como los profesores hacían rondas. Observó con una sonrisa mientras los estudiantes mayores corrían hacia sus dormitorios, un gato con extrañas marcas alrededor de sus ojos les estaba pisando los talones.

Sentado en el silencio sepulcral de la noche, era muy fácil escuchar pisadas. Con él vino la capacidad de distinguir quién estaba exactamente unido a dichos pies. Este.. Lo sabía bien. Su jefe de casa...