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Capítulo 8: El regreso del general

Donum Deae - El regreso del general

Draco frunció el ceño mientras se miraba en el espejo, sus brillantes ojos azul zafiro miraban sus rasgos. Con el ceño fruncido, abrió el grifo y hundió la cabeza debajo de él, empapando su cabello resbaladizo con gel, pasando el dedo para romper los gruesos mechones en los que se había convertido su cabello después de que el gel se secara.

Sus dedos fueron golpeados suavemente y dos pares de dedos de pianista más fuertes comenzaron a recorrer su cabello separando los gruesos mechones y lavando la horrible sustancia que le había puesto esa mañana. "Gracias." Mantuvo su cabeza bajo el agua tibia afortunadamente y recibió un suave tirón en su cabello a cambio.

"Está bien, creo que la mayor parte se ha lavado, tendrás que darte una ducha adecuada más tarde para deshacerte del resto". Al sentir que le cubrían la cabeza con una toalla, Draco se puso de pie y se pasó la toalla por el cabello tratando de sacar todo el exceso de agua. "¿Recuérdame por qué puse cosas tan horribles en mi cabello en primer lugar?"

Hubo una suave risa detrás de él, "No lo sé señor, asumo que tiene algo que ver con la personalidad vanidosa de Draco". Haciendo un ruido, Draco se quitó la toalla mirando hacia atrás en el espejo tirando de su flequillo hacia adelante para que enmarcaran su rostro. "Bueno, eso cambia ahora, Draco Malfoy está muerto".

Apartándose del espejo, Draco miró al hombre que prácticamente lo había levantado; un hombre que incluso después de la muerte había permanecido a su lado, cuidándolo y guiándolo durante los últimos meses mientras era asaltado por sueños y visiones.

"Soy Rufus Shinra, y esa es la única persona que seré".

Tseng no pudo evitar sonreír al ver que ese viejo fuego volvía a los ojos de su antiguo jefe. "¿Cuáles son sus planes ahora, señor?" Rufus se movió de modo que ahora estaba recostado contra los lavabos, sus ojos azules miraban a su cabeza de turco. "¿Dices que Harry Potter es Sephiroth?" Tseng asintió cruzando los brazos sobre el pecho y apoyándose contra la pared del baño de chicas del segundo piso. "Sí, la diosa le está dando la oportunidad de arrepentirse de sus pecados pasados ​​y recuperar su lugar como ARMA de plata; al menos eso es lo que dice Génesis".

Un pequeño ceño cruzó el rostro de Rufus al escuchar el nombre del ex comandante. Fue su abandono de Shinra lo que había iniciado la espiral descendente que había llevado a la caída en desgracia de Sephiroth. A pesar de que Génesis se había curado de la degradación y, por lo tanto, de la locura que lo había llevado a hacer lo que hizo, Rufus aún se mostraba cauteloso con el volátil SOLDADO.

"¿Es una buena idea tener una vez más al comandante Rhapsodos estando tan cerca de Sephiroth?" preguntó viendo la reacción de su cabeza turca. Sabía que Tseng era tan protector con Sephiroth como lo era con él.

"Por lo que he hablado con el Comandante Rhapsodos, no creo que Sephiroth esté en peligro. Ya no tiene la locura que lo llevó a cometer los actos que cometió en los eventos previos a Nibelheim". Rufus asintió deslizando una mirada hacia uno de los puestos, tenía la sensación de que estaban siendo observados pero no estaba preocupado. Todo esto se haría público lo suficientemente pronto, si Dumbledore se enterara antes, en realidad eso casi podría funcionar en su beneficio. Mientras ninguno de los otros Slytherin se enterara y fuera corriendo hacia Voldemort, esto podría jugar mucho a su favor.

"Tendremos que asegurarnos de que Dumbledore no intente usar Sephiroth". Tseng asintió levemente con sus propios ojos ahora de color acero recorriendo el baño. "No se lo tomará bien si Dumbledore trata de usarlo como un peón como lo hizo Jenova".

"¿Cuántos de mis turcos están despiertos?" Inclinando ligeramente la cabeza, Tseng miró al joven frente a él. "Sephiroth es el único que aún no se ha despertado. Tú y él son los últimos de nuestro grupo en recuperar el sentido de sí mismos. Zack se despertó ayer", y el chico tenía eso. había sido un espectáculo, se había despertado durante el almuerzo y había abordado instantáneamente a Neville gritando a Angeal una y otra vez.