Maraton 1/5
—Ya está. Vamos a tomar un café —murmuro enrojeciendo de nuevo.
Sonríe.
—Usted primero, señorita Steele.
Se incorpora ella y hace un gesto para que pase delante , Avanzo por el pasillo con las piernas temblando, elestómago lleno de mariposas y el corazón latiéndome violentamente.
Voy a tomar un café con Billie O'Connell... y odio elcafé.
Caminamos juntas por elamplio pasillo hacia el ascensor. ¿Qué puedo decirle? De pronto el temor me paraliza la mente. ¿De qué vamosa hablar?¿Qué tengo yo en común con ella? Su vozcálida me sobresalta y me aparta de mis pensamientos.
—¿Cuánto hace que conoce a Enevy Kavanagh?
Bueno, una pregunta fácil para empezar.
—Desde el primeraño defacultad. Somos buenas amigas.
—Ya —me contesta ella evasiva.
¿Qué está ella pensando?
Pulsa el botón para llamar alascensor y casi de inmediato suena
el pitido. Las puertas se abren y muestran a una joven pareja
abrazándose apasionadamente. Se separan de golpe, sorprendidos
e incómodos, y miran con aire de culpabilidad en cualquier
direcciónmenos la nuestra, O'Connell y yo entramos en el ascensor.
Intento que no cambie mi expresión, así que miro al suelo al
sentir que las mejillas me arden. Cuando levanto la mirada hacia
O'Connell, parece que ella ha esbozado una sonrisa, pero es muy difícil
asegurarla. La joven pareja no dice nada. Descendemos a la planta
baja en un incómodo silencio. Ni siquiera suena uno de esos
terribles hilo musicales para distraernos.
Las puertas se abren y, para mi gran sorpresa, O'Connell me coge de
la mano y me la sujeta con sus dedos largos y fríos. Siento la
corriente recorriendo mi cuerpo, y mis ya rápidos latidos se
aceleran. Mientras tira de mí para salir del ascensor, oímos a
nuestras espaldas la risita tonta de la pareja, O'Connell sonríe.
—¿Qué pasa con los ascensores? —masculla ella.
Cruzamos el amplio y animado vestíbulo del hotel en dirección a
la entrada, pero O'Connell evita la puerta giratoria. Me pregunto si es
porque tendría que soltarmela mano.
Es un bonito domingo de mayo. Brilla el sol y apenas hay tráfico.
O'Connell gira a la izquierda y avanza hacia la esquina, donde nos
detenemos a esperar que cambie el semáforo. Estoy en la calle y
Billie O'Connell me lleva de la mano. Nunca he paseado de la mano
de nadie. La cabeza me da vueltas, y un cosquilleo merecorretodo
el cuerpo. Intento reprimir la ridícula sonrisa que amenaza con
dividir mi cara en dos. Intenta calmarte, ___, me implora mi subconsciente. El hombrecillo verde del semáforo se ilumina y seguimos nuestro camino.
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LO PROHIBIDO
أدب الهواةHas escuchado sobre, el masoquismo y lo loco que puede llegar a ser? Esta es la historia de ___ steele. Se la describe como una chica tímida pero que a veces es muy extrovertida y divertida, además de hacer comentarios ingeniosos es considerada muy...