Cap 9)
Al abrir los ojos, logró acostumbrarme a la gran iluminación que golpea mi vista, segundos después siento fuertes punzadas en todo mi cuerpo, mi cabeza da vueltas.
Observo a mi alrededor y logró darme cuenta de donde estoy. Me encuentro recostada en una camilla, el olor a medicamentos abunda en el espacio.
Observo mi cuerpo y me doy cuenta de que sigo sucia y con olor a sangre, pero ya no me encuentro completamente desnuda, tengo una bata azul que rodea mi cuerpo como un vestido.
No sé en qué momento llegué a este hospital, rápidamente comienzan a surgir en mi mente los recuerdos de las últimas horas.
No puedo asimilar todo lo sucedido.
Soy libre...
El ya no podrá tocarme.
Lo mate...
Y no siento ningún remordimiento de haberlo hecho.
Escucho el sonido de una puerta ser abierta y volteó a ver de donde proviene, en el marco de la misma hay una silueta que me observa.
- ¿Quién eres?- mi voz suena rasposa.
- Soy Amanda, te encontré en una carretera y te traje aquí, ¿te encuentras mejor??- sonrió de forma amable, se acercó y se sentó en una silla a mi lado.
- Estoy bien, gracias- mi voz se corto.
Trate de sentarme pero al sentir una incomodidad en mi muñeca izquierda me detuve, una pequeña aguja se encontraba incrustada en mi piel, pasándome un extraño líquido transparente, en mi mano hay un pequeño aparato rodeando mi dedo el cual se encarga de controlar el oxígeno en mi sangre.
- Tranquila, este suero te ayudará a recobrar fuerzas y sentirte mejor. Te dejaré sola para que descanses, le avisaré al doctor que despertaste para que llame a tus padres- asenti mostrando una pequeña sonrisa.
En una mesita a mi lado vi un vaso con agua, sin pensarlo lo tome de golpe, mi garganta agradeció el líquido por lo seca que se encontraba, deje el vaso nuevamente a un lado y recosté mi cabeza en la almohada para descansar un poco más.
Tengo la mínima esperanza de que todo mejorará.
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Cicatrices
LosoweLlega un momento en el que ya no puedes romperte más, en el cual tus fragmentos ya no pueden juntarse. Los pedazos de tú ser sé vuelven más diminutos, impidiendo que puedas repararte. Así me siento yo desde que lo conocí a él, en ese momento mi pes...