Capítulo 3

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Joshua

—¿C-cómo te ll-llamas?

Silencio.

—¿Q-qué es e-este l-lugar?

Silencio.

—Jisoo… ¡Jisoo!

P-por f-favor. D-dime t-tu no-nombre.

—Mi nombre es Mal. Todos somos malos.

Salí del trance. Alguien me sacudía el hombro. Levanté la vista y encontré a Johnny. Acercó un taburete a mi lado y volví la atención al líquido ambarino del vaso, casi vacío. ¿Cuántos me había tomado?

—¿Qué pasa con ese chico?

No me molesté en contestar.

—¿Estás bien? —me preguntó con una mano en mi hombro.

El puto era un encanto. No debería haber terminado en esta mierda de vida. Me bebí lo que quedaba del quinto vaso de Beam, me levanté y me dirigí hacia la habitación que tenía en el club. A medio camino miré por encima del hombro y comprobé que Johnny me seguía, le brillaban los putos ojos. Le hice un gesto con la barbilla y seguí caminando. Al abrir la puerta de la habitación lo sentí detrás de mí. Me di la vuelta, lo agarré por la parte superior de los brazos y le arranqué la camisa.

—Joshua —gimió entre jadeos—. Te quiero, Joshua. Soy todo tuyo, mi amor.

Le bajé de un tirón los pantalones cortos mientras me besaba el cuello. Me quité la camisa y el cuero a la vez, y me bajé la cremallera de los vaqueros. Sin ropa interior que estorbase. Lo coloqué de espaldas hacia la pared y nos dirigí hasta la cama desecha, la cama que reservaba para follar, manchada de semen y sudor. Lo agarré por el cuello, la cara contra el colchón y el culo levantado, sin ropa interior y preparado, como me gustaba.

Fácil acceso.

Saqué un condón del bolsillo del pantalón y me lo puse.

—Fóllame, Joshua. Fuerte, duro.

Lo agarré por la huesuda cadera y lo penetré con fuerza mientras echaba la cabeza hacia atrás y siseaba de placer. Joder. Por eso lo mantenía cerca de mí, para mi disfrute personal.

Johnny gemía debajo de mí y empujaba con todas sus fuerzas. Supe que la había cagado en el momento en que imaginé que la piel de Johnny se volvía pálida y su pelo castaño se hacía un poco más largo y se oscurecía hasta volverse negro. Cuando giró la cabeza y me miró con sus ojos marrones, lo único que vi fueron un par de ojos azules como el hielo, con los párpados entrecerrados de placer. Cerré los ojos e imaginé que tenía al desconocido debajo de mí, sacudiéndose salvajemente, gritando de placer y corriéndose una y otra vez mientras lo follaba de forma salvaje.

Ese pensamiento hizo que me temblase la polla y se me tensó el cuello, me corrí de tal manera que tuve que apoyar los puños en el colchón para mantener el equilibrio.

—Cariño, ha sido increíble.

Abrí los ojos y vi a Johnny que jadeaba debajo de mí, con la espalda empapada en sudor. Me miraba con una gran sonrisa en los labios.

Mierda.

Salí de su interior, me quité el condón con un solo movimiento y me abroché los vaqueros. Justo en ese momento se oyó un golpe seco en la puerta. Me puse la camiseta de Black Sabbath y me pasé la mano por el pelo mientras comprobaba que Johnny también se estaba vistiendo. Sabía que no debía quedarse. La puerta se abrió y Yuna y Scoups aparecieron ante mí, la rubia sacudía la cabeza.

Wolf eyes - SeokSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora