28; PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

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PREGUNTAS SIN RESPUESTAS

La siguiente en llegar al Norte fue Cassandra que llegó vestida con ropa oscura y se bajó de Vhagar con ayuda de su tía Laena. La adolescente abrazó primero a Cregan, presentando las condolencias de parte de su familia a Lord Rickon luego de saludar a su amigo, y luego abrazó a Aegon como si no se vieran a diario. Se veían al menos una vez al mes gracias a lo cerca que vivían. Los tres entonces recibieron al resto de sus amigos. Aliandra y Alan llegaron apenas unas horas antes que Joffrey y Clement, y los padres de Aegon le dieron permiso de quedarse por unos días, avisando que irían por Aliandra y Alan para llevarlos de regreso.

Con todo el grupo completo los niños se encargaron de distraer a Cregan lo más que podían para no dejar que se dejara consumir por la tristeza de perder a su hermano. Fue difícil, pero lo lograron con mucho esfuerzo, y Lord Rickon les agradeció el estar ahí para su hijo. Los siete pasaron los días juntos, caminando por el bosque, recogiendo hojas secas y piedras solo para mantenerse ocupados. Hicieron un fuego con las hojas y se sentaron bajo la sombra de un árbol a hablar de lo que había sucedido en los últimos días. Cuando Aegon mencionó a Cerelle notó que hasta Cassandra hizo una mueca de incomodidad que disfrazó con una sonrisa.

Estaba comenzando a sospechar que algo más estaba pasando, pero no dijo nada.

—Padre quería hablar conmigo, los veré después—les avisó Cregan durante su último día en el Norte, tras decidir que ya iban a dormir.

—Te esperaremos—le avisó Clement volviendo a sentarse.

—No tienen que...

—Solo ve, te esperamos—Cassandra se sentó una vez más arrastrando a Aliandra con ella.

Cregan asintió y abandonó la sala para buscar a su padre. Lo encontró en su oficina, revisando algunos documentos que no dudó en dejar de lado cuando se dio cuenta que había llegado. No tenía ni idea de lo que su padre quería hablar con él, pero si había estado sintiendo sus miradas en los últimos días y no eran para nada algo que él pudiera descifrar con facilidad.

—Eres mi heredero, Cregan, el único hijo que me queda—comenzó su padre señalando la silla del otro lado del escritorio—, por eso quería que habláramos de esto cuanto antes.

—¿Qué sucede?—se sentó con algo de duda, comenzaba a sentir ganas de huir, pero no era un cobarde.

—Quiero que hablemos sobre tu relación con el Príncipe Aegon.

Sus mejillas se sonrojaron de inmediato y las ganas de huir crecieron. No quería hablar de eso. El tema de Aegon era algo que no hablaba con nadie que no fuesen Cassandra y Aliandra porque ellas se dieron cuenta de lo que pasaba apenas sus pensamientos comenzaron a cambiar y él no pudo negarlo cuando lo interrogaron. Clement y Joffrey sabían, pero ellos no hablaban de eso, solo se burlaban de vez en cuando. Y Alan, bueno, Alan pretendía no saber.

Cuando Cregan regresó a la sala con sus amigos, completamente sonrojado y con el corazón acelerado, casi todos estaban dormidos alrededor de la chimenea. Cassandra y Aliandra estaban más alejadas, abrazadas bajo sus abrigos, y el resto estaban aún más alejados del fuego, dejando que ellas disfrutaran más del calor. Él único despierto era Aegon que estaba viendo el fuego como si esperase que alguien emergiera de las llamas. Lo escuchó susurrar algo, pero no pudo comprender lo que decía, sus palabras fueron dichas en valyrio así que el único que podría entenderlas era Clement.

—¿Te vas a quedar ahí toda la noche?—escuchó la voz de Cassandra y saltó en su lugar.

—Pensé que estabas dormida—le dijo avanzando hacía ellos.

thicker than water. (house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora