14; RECUERDOS AZULES

8K 1K 157
                                    

1x14

RECUERDOS AZULES

Aegon entendía muchas cosas, podía entender que las miradas lanzadas a su persona en los pasillos no eran más que miradas juzgadoras, entendía que los susurros a sus espaldas eran acusaciones. Pero a pesar de todo, nada de eso importaba, porque lo más importante era que entendía el por qué tenía dos dragones. Lo entendió después de soñar con Caníbal por quinta vez, el dragón siempre aparecía como una advertencia, como si quisiera decir algo, fue entonces que todo se aclaró. Los dioses habían enviado a Caníbal para que lo protegiera, para asegurarse que siguiera el camino correcto, una especie de guardián, pero Sunfyre estaba vinculado a su alma y por eso no podía rechazar el llamado del dragón. Entender aquello le hizo sentir mejor consigo mismo, después de todo se sentía mal por haber dejado a Aemond sin dragón.

Aunque por esa razón se encontraba en la fosa de dragones tan temprano ese día. Sunfyre estaba comiendo no muy lejos de él y seguramente Caníbal estaba haciendo lo mismo en el patio, Aegon miró al dragón dorado y suspiró girando el anillo de los Arryn en su mano derecha. Dos cuidadores aparecieron por las escaleras que llevaban al lugar de descanso de los dragones cargando una incubadora, el joven príncipe se acercó cuando la dejaron sobre una mesa en medio del domo y la destaparon para dejar ver el huevo que descansaba en su interior. Era uno de los dos huevos que Syrax había puesto, era de un color similar al fuego, naranja con destellos amarillos.

—Que lo lleven a la habitación del Príncipe Aemond—ordenó sin mirar a los hombres—, es una orden de la Princesa Rhaenyra y fue aprobada por el Rey.

Realmente había sido su idea, pero solo sus padres lo sabían.

—Claro, Príncipe—uno de los cuidadores habló cubriendo el huevo nuevamente—. ¿Desea que preparemos a los dragones?

—No, hoy no saldré a volar, gracias.

Ambos cuidadores hicieron una reverencia y él se dio la vuelta para salir al patio, a su espalda Sunfyre se movió para seguirlo. Aegon tenía siete años, pero irradiaba un aura de madurez y elegancia que incluso algunos adultos no alcanzaban a tener, cualquiera que lo viera pensaría que era un adulto atrapado en el cuerpo de un niño. Era cierto, pero nadie tenía porqué saberlo.

Afuera Caníbal estaba terminando su segunda oveja, Aegon puso los ojos en blanco y murmuró algo sobre el dragón teniendo un apetito insaciable, detrás de él Sunfyre dejó salir un gruñido. Sir Criston estaba esperando cerca de la entrada con dos caballos, listo para huir de la presencia de los dragones en cualquier momento. El día estaba relativamente bueno, unas cuantas nubes cubrían el cielo, pero no lo suficiente como para oscurecer el día, el clima estaba perfecto para volar.

—Vayan a volar—ordenó a los dragones. Caníbal gruñó con descontento y Sunfyre alzó el vuelo apenas pudo—. Desobediente.

El dragón avanzó hacía él y lo olfateó antes de empujarlo, tuvo que dar dos pasos hacía atrás para no caer, pero aún así estiró una mano para empujar al dragón.

—Se supone que debes cuidarme, no matarme—Caníbal gruñó en respuesta—. ¿No quieres ir a volar?

El suelo se sacudió bajó los pasos de Caníbal cuando el dragón se movió y Aegon tuvo que quitarse del camino para no ser aplastado, a veces se preguntaba por qué los dioses no habían enviado a Vermithor o Silverwing como niñeros. Incluso Grey Ghost sería mejor que el dragón que le tocó. Pero nunca diría eso en voz alta, realmente se había encariñado con Caníbal.

Sus ojos subieron al cielo justo a tiempo para ver a Caníbal intentar agarrar a Sunfyre con sus garras, un juego que siempre tenían cuando volaban sin su jinete. Él no se preocupaba por ellos, sabía que realmente no iban a matarse, aunque todos los demás si se preocupaban y seguido le preguntaban por qué no se deshacía de uno de sus dragones ya que estos no se llevaban bien. Con eso se referían a que debía deshacerse de Caníbal, pero él nunca dejaría a su fiel acompañante. Apartó la mirada de los dragones y siguió su camino hacía Criston, debía regresar a prepararse para su entrenamiento, aunque aún era muy temprano y se iba a quedar rondando la fortaleza hasta que llegase la hora.

thicker than water. (house of the dragon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora