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Em.. creo que me pasado con este capituló, 7mil palabras, (lo siento) pero pasan cosas muy interesante ;p

Gracie Hills.

21/90.

Había compartido el vuelo con Adam, Oliver y Darell... La verdad es que no importaba quién se sentaba al lado de quién, simplemente era divertido ir cambiando de compañeros de vuelo para que todos termináramos sentados juntos.

Convivir constantemente con otras personas, las veinticuatro horas del día, intensifica todo de una manera increíble. Los sentimientos se multiplican exponencialmente, y creo que esa experiencia es realmente única y especial. Estas cosas solo pasan una vez en la vida, eso es lo que quiero pensar.

Tres semanas.

Tres semanas viajando por el mundo, y la mayoría de los días el dolor en mi interior no había disminuido. Seguía tan vivo como la primera vez. La tristeza me envolvía, impidiéndome disfrutar plenamente de los lugares que visitábamos. Sentía una punzada constante en el corazón, un vacío que ninguna aventura podía llenar. Cada paisaje, cada momento de risa con los chicos, se veía empañado por el recuerdo de la persona que ya no estaba. Veía por todos lados a alguien que no debería y lo peor de todo, que no estaba disfrutando de esta experiencia como debería.

Habíamos estado en Tailandia, y en las cuevas krabi. Los días ahí pasaron demasiado rápido y nada había avanzado. Todo era igual. Después, fuimos a china, (fue mi lugar favorito) probamos varios insectos y cosas raras. Y también, visitamos la gran muralla. Me he dejado varios países por el medio, pero todos eran igual de increíbles. Seguía durmiendo con Darell, pero siempre con un cojín entre medio y poco más. No podré mentir en algo. Me sentía mucho más relajada, lo noto un poco en mis ojos, en mi cuerpo... Y en la forma en la que miro a veces las estrellas de noche antes de quedarme dormida.

Darell había insistido en que pasáramos por Australia y ahora estábamos aquí. No sé por qué, pero me sentía emocionada de una manera que no había experimentado en semanas. Quizás porque recordaba cómo papá siempre me hablaba con tanto entusiasmo sobre este lugar. Sus historias sobre Sidney estaban llenas de admiración y asombro, y ahora, al estar aquí, sentía una conexión especial con esos recuerdos. Era como si, por un momento, el dolor se atenuará, reemplazado por una chispa de la emoción que papá solía transmitir. Debo de dejar de pensar.

Porque tengo la extraña manía de que siempre termino jodida cuando eso pasa. Los recuerdos buenos, también traían consigo un dolor punzante. No quería sentirme abrumada por tantos recuerdos a la vez, temía que al volver a revivir esos momentos, el dolor se volviera insoportable.

Estábamos en hotel, a media hora para salir todos a comer y conocer un poco la ciudad. Todos estábamos listos menos Oliver, quien se había ido a una lavandería a lavar toda la ropa. No es fácil lidiar con la ropa mientras viajamos, pensé que lo llevaría mejor, pero no. Me está costando un poco mantener la ropa limpia. Pero igual se maneja lo mejor que puedo para siempre oler bien. Adam, por otro lado, está de nuevo en Tinder. Y Darell, estaba totalmente distraído con los asuntos del documental en el portátil y ocupado con sus responsabilidades laborales.

Se le ve guapo cuando está concentrado.

Estoy tumbada en la cama, con los ojos cerrados después de mirarle, y Adam se estira a mi lado.

—¿Qué tal esta chica?—me pregunta.

—Depende de tus gustos.

Me da un codazo.

—Dame una opinión más amplia y sincera—me pide.

Me quedé en silencio por un momento, no estaba segura de qué decir. No había pensado en dar mi opinión sobre la chica que Adam estaba viendo en Tinder, porqué no quería hablar mucho. Pero últimamente, me había convertido en la confidente de todos ellos, la amiga en quien confiaban para obtener consejos y opiniones. Era inevitable que me pidieran mi perspectiva sobre estos asuntos.

Todas las estrellas que nunca tocamos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora