11.

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Darell Roez.

¿?

A la mañana siguiente, me despierto con las piernas de Gracie enredadas entre las mías. Estamos muy cerca, abrazados. Sentir su respiración tranquila contra mi pecho y el calor de su cuerpo junto al mío hace que todo se sienta más íntimo y real. No se ha movido en toda la noche, y tengo la sensación de que hacía mucho tiempo que no descansaba así.

Bostezo, mientras abro más mis ojos. No tengo ni idea de qué hora es, pero los chicos llevan media hora despiertos, mientras que nosotros seguíamos en la cama. No había notado el sol entrar por la ventana, ni siquiera había presenciado la molestia del sol como siempre lo hacía a primera hora. A mi lado, Gracie sigue dormida. Tiene la cabeza apoyada en mi hombro y su brazo estirado sobre mi estómago. No puedo moverme, tampoco es que quiera hacerlo, porque era la primera vez que la tenía así de cerca y calmada. Recuerdo que nos dormimos en esta posición porque ella tenía miedo, le habían vuelto a atacar aquellos malos pensamientos, y no quiso decírmelo.

La observó, incapaz de apartar la mirada. Sé que no debería, pero no puedo evitarlo. Era demasiado perfecta. No recuerdo la última vez que me despertaba con alguien a mi alrededor y cerca, sin nada que nos separe. Nunca había dormido con alguien de esta manera, sin haber tenido sexo antes. Era la primera vez que dormía con alguien de corazón, de verdad.¿Puedo pensar que es la chica más sexy con la que me he despertado? Sí, puedo y lo hago. Gracie es increíblemente preciosa todas las mañanas, no solo hoy.

Uso la mano que tengo detrás de ella para acariciarle el pelo suavemente. Espero que no lo note, porque quedare como un maldito gilipollas. Aparte de mi mano de su cabello. Me muevo un poco en la cama, y ella se despertó lentamente. Mierda, mi momento de gloria ha terminado. Abre los ojos y lo primero que hace en fijarse en mí, como si no esperara encontrarme cerca de ella, me mira desorienta, no le hablo porque no me atrevía así que,se separa rápido y se queda sentada en la cama con las sábanas rodeadas. Con un respingo sale de la cama y mira alrededor.

—No asustó por las mañanas.—Dije con una voz ronca—No creo que asuste, ¿no quieres volver acostarte un ratito más?

—¿Me estás vacilando?—pregunta confundida—No me he dado cuenta y me he quedado dormida antes de separarme de ti, lo siento—Susurra, e intenta pasar de parecibida.

—Me he dado cuenta de que te has quedado dormida, pero no he querido despertarte—le dije.

Me levanto también de la cama, estirándome y tratando de despejar las últimas telarañas de sueño. Miro alrededor y noto la ausencia de los chicos. Leah no estaba, Adam tampoco y Oliver lo mismo. Probablemente habrán bajado a desayunar o habrán ido a grabar. Gracie entra al baño, en silencio.

Miro el reloj y veo que son las doce del mediodía. Y no creo que nos de tiempo llegar a hacer lo que quería para el documental, otra mañana libré más sin trabajar. Suspiro, pero al mismo tiempo me siento relajado, ¿porque será?. Ella sale del baño y se sienta en la cama, su cabello desordenado cayendo en suaves ondas alrededor de su rostro. Me pongo de pie. Estiró los brazos por segunda vez, para que ella lo note y me hable de cómo durmió anoche. No dice nada, solo se queda apareciendo en el suelo, creo que está asustada o pensando en cómo se despertó hoy.

No quiero hacérselo notar, pero lo vuelvo a intentar. Estiró el brazo por tercera vez, mientras bostezo cansado.

Venga, dime algo.

Dime cómo has dormido en mis brazos.

Parece desorientada. Es de esas que cuando se despiertan se quedan mirando a un punto fijo hasta que su mente reaccione y se active.

Todas las estrellas que nunca tocamos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora