★彡[ᴋɪʀᴀ]彡★

Capítulo 1

Una vez más, me veo obligado a cambiar de escuela.
Detesto esta situación, detesto tener que enfrentarme a lo mismo de siempre. Ser expulsado por mi actitud, mi conducta y mi falta de "respeto". No logro comprender cómo las personas esperan que les brinde respeto si actúan de manera ignorante e incomprensible. Es fácil para ellos hablar, criticar y exigir, pero nadie les dice nada cuando presumen de su "educación" y "clase", creyéndose superiores a mí. Nadie les pide que se callen y no se metan en lo que no les incumbe, y me aseguro de que guarden silencio... al menos lo suficiente.

Mi madre, al volante, me ordena apartar la mirada del camino y me dice:'𝘋𝘦𝘣𝘦𝘴 𝘥𝘦𝘫𝘢𝘳 𝘥𝘦 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳 𝘦𝘴𝘢 𝘤𝘢𝘳𝘢, 𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘯. ¿𝘊𝘳𝘦𝘦𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘪𝘴𝘧𝘳𝘶𝘵𝘰 𝘣𝘶𝘴𝘤𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘶𝘯𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘷𝘢 𝘦𝘴𝘤𝘶𝘦𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘥𝘢 𝘤𝘪𝘦𝘳𝘵𝘰𝘴 𝘮𝘦𝘴𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘵𝘦 𝘮𝘦𝘵𝘦𝘴 𝘦𝘯 𝘱𝘦𝘭𝘦𝘢𝘴 𝘤𝘰𝘯 𝘵𝘶𝘴 𝘤𝘰𝘮𝘱𝘢ñ𝘦𝘳𝘰𝘴?'

Las acusaciones, especialmente cuando provienen de mi madre, son las que más me hieren. A pesar de todo lo que ocurre en mi vida, lo único que parece importar es cuando termino en problemas. Aunque algunas situaciones sean consecuencia de mis acciones, otras no lo son, pero las explicaciones nunca parecen ser entendidas a mi favor.

-𝘕𝘰 𝘭𝘰 𝘴𝘦𝘳𝘪𝘢 𝘴𝘪 𝘢𝘭 𝘮𝘦𝘯𝘰𝘴 𝘮𝘦 𝘩𝘶𝘣𝘪𝘦𝘳𝘢𝘴 𝘥𝘦𝘧𝘦𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘥𝘦𝘣𝘦𝘴 𝘩𝘢𝘤𝘦𝘳𝘭𝘰- 𝘣𝘢𝘭𝘣𝘶𝘤𝘦𝘰 𝘦𝘯 𝘷𝘰𝘻 𝘣𝘢𝘫𝘢.

-¿𝘋𝘦𝘧𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳𝘵𝘦? -𝘈𝘲𝘶í 𝘷𝘪𝘦𝘯𝘦-. 𝘌𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢𝘴 𝘭𝘪𝘵𝘦𝘳𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘢𝘱𝘭𝘢𝘴𝘵𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘻𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘤𝘩𝘪𝘤𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘭𝘢 𝘱𝘶𝘦𝘳𝘵𝘢, ¿𝘘𝘶é 𝘴𝘦 𝘴𝘶𝘱𝘰𝘯í𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦𝘣í𝘢 𝘥𝘦𝘤𝘪𝘳? -𝘚𝘶 𝘵𝘰𝘯𝘰 𝘦𝘳𝘢 𝘯𝘦𝘶𝘵𝘳𝘢𝘭, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘶𝘴 𝘰𝘫𝘰𝘴 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘪𝘭𝘢𝘣𝘢𝘯 𝘪𝘳𝘢-. 𝘗𝘦𝘳𝘥ó𝘯, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘦𝘨ú𝘯 𝘮𝘪 𝘩𝘪𝘫𝘰, 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦𝘳í𝘢 𝘢𝘳𝘳𝘢𝘯𝘤𝘢𝘳𝘭𝘦 𝘭𝘢 𝘤𝘢𝘣𝘦𝘻𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘤𝘶𝘦𝘳𝘱𝘰, 𝘱𝘰𝘳𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘰 𝘦𝘴 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 é𝘭 𝘩𝘢𝘤𝘦 - 𝘜𝘴𝘢 𝘦𝘭 𝘴𝘢𝘳𝘤𝘢𝘴𝘮𝘰, 𝘦𝘭 𝘮𝘢𝘭𝘥𝘪𝘵𝘰 𝘴𝘢𝘳𝘤𝘢𝘴𝘮𝘰.

-¡𝘚𝘢𝘣𝘦𝘴 𝘮𝘶𝘺 𝘣𝘪𝘦𝘯 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰 𝘦𝘴 𝘱𝘰𝘳 𝘦𝘴𝘰! ¡𝘌𝘭 𝘩𝘪𝘫𝘰 𝘥𝘦...!

¡𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘯!" - 𝘐𝘯𝘵𝘦𝘳𝘳𝘶𝘮𝘱𝘦, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘴𝘪𝘨𝘰 𝘢𝘥𝘦𝘭𝘢𝘯𝘵𝘦

-¡𝘔𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘥𝘦𝘴𝘢𝘧𝘪𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘢 𝘱𝘦𝘭𝘦𝘢𝘳 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘷𝘦𝘳 𝘥𝘦 𝘲𝘶é 𝘦𝘳𝘢 𝘤𝘢𝘱𝘢𝘻...!

-¡𝘑𝘶𝘴𝘵𝘪𝘯, 𝘨𝘶𝘢𝘳𝘥𝘢 𝘴𝘪𝘭𝘦𝘯𝘤𝘪𝘰!

-¡𝘌𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘥𝘰 𝘴𝘢𝘳𝘤á𝘴𝘵𝘪𝘤𝘰 𝘦 𝘪𝘯𝘤𝘭𝘶𝘴𝘰 𝘴𝘦 𝘮𝘦𝘵𝘪ó 𝘤𝘰𝘯...!

-¡𝘊𝘐𝘌𝘙𝘙𝘈 𝘌𝘚𝘈 𝘔𝘈𝘓𝘋𝘐𝘛𝘈 𝘉𝘖𝘊𝘈!

Su respuesta me detiene, así que simplemente me vuelvo hacia la ventana con molestia. Ella nunca logra comprenderlo, solo le di lo que ella parecía querer: callar sus insultos y, por supuesto, proteger el honor de mi madre. Pero parece que a ella no le importa. Siempre seré el chico malo en su percepción, desde aquel primer enfrentamiento contra un abusador cuando le hice frente y le hice perder dos dientes al impactarlo contra el suelo a los 10 años. Siempre me verán como el villano de la historia, sin comprender que mi actitud no es gratuita, sino que tiene sus razones.