Capítulo doce.

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Las estrellas fluorescentes iluminando gran parte de la habitación y los pequeños planetas de plástico girando lentamente, eran la única compañía que obtenía el niño en medio de su llanto silencioso

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Las estrellas fluorescentes iluminando gran parte de la habitación y los pequeños planetas de plástico girando lentamente, eran la única compañía que obtenía el niño en medio de su llanto silencioso.

Misuk se había encargado de acariciarle sus suaves cabellos castaños para que pudiera conciliar el sueño, después de unos minutos de convencerla que estaba dormido, escuchó sus sollozos ahogados mientras sus labios se posaban en su frente brindándole un doloroso beso.

Luego de que la mujer saliera de su habitación, no prestó siquiera atención a la llamada que mantenía con su padre, sus ojitos miraban atentamente el cielo nocturno por el gran ventanal que había en su habitación.

Sus mejillas estaban rojas y comenzaban a arder cada vez que lágrimas saladas caían por ahí, debido a toda la fuerza que ejercía el pequeño al momento de quitarlas de aquella zona. Estaba cansado de morder la manga de su pijama para evitar que Misuk lo escuchara y entrara a su cuarto para consolarlo.

Estaba exhausto de haber llorado los últimos minutos de forma descontrolada, quería cerrar y abrir fuertemente sus ojos para al fin despertar de aquella terrible pesadilla, estaba seguro que al día siguiente amanecería y vería a su mejor amiguito en la escuela, sólo era cuestión de cerrar sus ojos.

Estaba exhausto de haber llorado los últimos minutos de forma descontrolada, quería cerrar y abrir fuertemente sus ojos para al fin despertar de aquella terrible pesadilla, estaba seguro que al día siguiente amanecería y vería a su mejor amiguito en la escuela, sólo era cuestión de cerrar sus ojos y…

Fracaso. No podía siquiera intentar dormir sin que las últimas escenas vividas en aquel horrible día se vieran reflejadas en sus sueños. La familia Lee corriendo, su propio padre sosteniéndolo fuertemente sin intención de soltarlo, Misuk abrazándolo, SeunHee llorando contra el peluche de su hijo mientras murmuraba que estaba perdido.

"No encontramos a Felix”

La joven mujer intentaba mostrarse fuerte, por más que no hubiera convivido tanto tiempo con aquel niño de ojitos sonrientes, le había tomado demasiado cariño al mostrarse siempre atento al hijo de su esposo, y claramente, al nuevo miembro de la f...

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La joven mujer intentaba mostrarse fuerte, por más que no hubiera convivido tanto tiempo con aquel niño de ojitos sonrientes, le había tomado demasiado cariño al mostrarse siempre atento al hijo de su esposo, y claramente, al nuevo miembro de la familia que se encontraba en su vientre.

Estrellita, ¿Dónde estás? - Hyunlix. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora