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La alarma seguía sonando, alimentando la adrenalina y desesperación de lo chicos. Todos corrieron para juntarse.

— Atención. Todos los visitantes del parque deben reportarse en el ferri del muelle sur para evacuación inmediata. El último ferri parte en dos horas.

— ¿Eso es todo? ¿Sin explicaciones? –Brooklyn jadeo frustrada.

Sammy llegó junto con Brooklyn, y detrás de ellas Alexandra. Darius llegó junto con ellas, al igual que Kenji.

— Tenemos que irnos. Solo corriendo llegaremos. –apuró Darius.

— Bien. Gran idea. Ahora, dile eso a Yazmina, a Ben y a su dinosaurio y a Nicolás. –le dijo Kenji mientras señalaba en orden a cada uno de los nombrados.

Mientras Yazmina llegaba cojeando con los demás, Ben y Nick bajaban a su paso.

— ¿Estás seguro de que es la mejor manera para llegar? –preguntó Sammy.

— Estoy bien. Competí con la rodilla desecha. Deberían preocuparse por aquellos tortolos. –Kenji le entendió a quienes se referían, aunque a los demás les costó entender.– Me refiero a Ben y a Martino. Y ni hablar que Ben tiene de apoyo emocional a Bumpy... –señaló a los chicos nombrados, quienes ya estaban a sólo unos paso de allí.

— De lo que debemos de preocuparnos es por alcanzar el bote para irnos. Y, obviamente, tenemos problemas. –Ben tenía en mano el mapa enrollado.

Ben enseñó el mapa de toda la isla, mientras los demás le miraban, esperando a ver qué decía.

— Estamos aquí –Ben señaló donde se encontraba el parque, donde estaban ellos.– Los muelles están en la parte sur de la isla. Aunque corramos a la velocidad de Yaz, no alcanzaremos el último ferri.

— No lo sabes. –Sammy le replicó.

— Sí lo sé. Memoricé el plan de evacuación en el viaje en ferri hacia acá. –todos suspiraron rendidos.

— Bueno, necesitamos otra manera. –Darius señaló los kayaks.– ¿Podemos usarlos de algún modo? ¿O enviar a alguien para decirles que nos esperen? O...

— ¿O hacemos unos cohetes de la nada? –bufó Brooklyn.– ¡Hagámonos amigos de un unicornio! Acéptalo. No hay manera. Es inútil.

— Estamos llegando a la calle principal. El destino para una cena...

— ¿Eso es...? –Alexandra susurró; se pusó de pie al igual que todos los demás.

El monorriel pasaba por ahí, y estaba dando vuelta para llegar a la parada de la calle principal. Mientras el monorriel hacia notable su llegada, avisaba que una de sus muchas paradas era el muelle sur de los ferris.

— ¡El monorriel! ¡Eso es todo! –gritó emocionado Kenji, alzando sus manos.

— Bien jugado, universo. –Brooklyn rió irónicamente.

Darius le habló y le siguieron para llegar a la parada. Algunos aceleraron el paso claramente. Darius se detuvo al llegar hasta arriba de las escaleras, mirando como Yazmina, Ben y Nick estaban detenidos.

— ¡Tenemos que correr! –les gritó Darius, y Ben suspiró pesadamente.

— Me gusta tener compañía aquí atrás por primera vez. –Ben les mencionó sonriente a las dos.

Yazmina aceleró su paso y los otros dos la siguieron. 
Kenji, en compañía de Brooklyn y Sammy, llegaban ya casi a dirección de la parada, celebrando en sus adentros. Frenaron su paso de repente, regresando hacia los demás, mientras se ocultaban en la gigante pared de las gradas. Darius ya iba llegando e iba ir igual directo a la parada, pero Brooklyn lo detuvo, y le calló. Darius sin comprender, se asomó con cautela, mirando al Carnotauro allí. Se escondió como le hacían los demás, y allí entendió.
Se tranquilizó y se volvió a asomar. Miró la parada y todavía no llegaba el monorriel, pero no dudaba que en algunos minutos llegaría, pues vio como entre los árboles se veía la luces del transporte. Toro estaba entretenido con un cilindro de metal, mordiendolo. Les dio la espalda y Darius vio eso como oportunidad.