Lo'ak y su familia buscaron a uturu en tu aldea hace unos meses. Olo'eyktan, Tonowari, puso la responsabilidad de enseñar a la familia sully los caminos de Metkayina sobre ti y su hija, Tsireya y su hermano, Ao'nung. Lo'ak demostró tener más dificultades para adaptarse al agua que sus hermanos. Como resultado, usted y él han pasado mucho tiempo juntos, especialmente lecciones de respiración individuales. Desde entonces, ustedes dos han estado merodeando y pasando tiempo de "calidad" juntos, manteniéndolo en secreto para todos.
Lo'ak rápidamente reposiciona su taparrabos y envaina su cuchillo de caza en su cadera. Lo miras atentamente mientras te recuestas en el árbol, tratando de recuperar el aliento. Él siempre se apresura a irse después de que usted y él terminan de follar, agarra sus pertenencias y pone una excusa antes de irse. Sabías que vendría pronto.
"Uhm, t/n." Él mira tu cuerpo desnudo. "Necesito -"
"¿Ir? Sí. Lo sé." Dices, alejando la cabeza de él.
No puedes negar que te duele cada vez que hace esto.
"Ni siquiera me dejaste terminar. Mi hermano, él necesita m-" comienza, sólo para ser interrumpido por ti nuevamente.
"¿Necesita que le ayudes con algo?" Lo miras y levantas ligeramente las cejas. "Si lo se." Repites, sintiéndote decepcionado.
Lo'ak se da cuenta de que estás molesto; era difícil no hacerlo. Se arrodilla y te encuentra a la altura de tus ojos.
"¿Qué pasa? ¿Estás molesta conmigo?" él toma tu mano en la suya.
Aquí vamos de nuevo con las señales contradictorias. Dice una cosa y luego hace otra. Él dice que no puede quedarse para abrazarte, pero cuando te enojas, él hace esto: tomar tus manos y actuar como si le importara tu felicidad. Pones los ojos en blanco y sacudes la cabeza, quitando su mano de la tuya.
"Solo deja de mentir, Lo'ak. Solo di que quieres irte... que no quieres quedarte, en lugar de "no puedes".
Te mira estupefacto, como si le acabaras de decir que estabas embarazada.
"Sí, y deja de dar señales contradictorias también. En un momento estás actuando de manera tan cariñosa y afectuosa, y al siguiente actúas como si no quisieras tener nada que ver conmigo". Escupes, levantándote para ponerte el taparrabos.
"T/n... lo siento. Yo... debería haber sido más honesto contigo. Es... ni siquiera es lo que piensas". Deja caer la cabeza y se pasa las manos por las trenzas mientras da un paso atrás. Él vuelve a mirarte, con grandes platillos dorados y brillantes.
Lo miras, buscando en sus ojos algo, cualquier cosa. Escuchar las palabras "no es lo que piensas" te hace sentir que tal vez, sólo tal vez, había una buena razón detrás de todas sus acciones. Algo que le perdone su comportamiento imbécil. Trae esperanza a tu corazón, de que tal vez algún día puedas tener lo que quieres... él.