En las profundidades abrasadoras del Infierno, donde el cielo es un lienzo perpetuamente teñido de rojo y negro, se desató una batalla que sacudió hasta los cimientos de la creación misma. El campo de batalla era un vasto terreno volcánico, donde ríos de lava ardiente serpenteaban y géiseres de azufre estallaban sin previo aviso. Los estandartes de los ejércitos ondeaban con una fiereza que reflejaba la determinación de sus portadores.
En el epicentro del conflicto, Roo, un ser de presencia imponente y oscura, observaba con una fría determinación. Su armadura, forjada con metales oscuros y gemas infernales, resplandecía con un brillo maldito. A su lado, Sera, la serafín líder, una figura de belleza tan aterradora como celestial, levantaba su espada llameante, convocando a sus seguidores con una voz que resonaba como un trueno divino. Azrael, el ángel de la muerte, se mantenía en silencio, pero su mera presencia inspiraba un terror profundo; sus alas, ennegrecidas por milenios de juicio, se extendían como el velo de la noche.
Frente a ellos, los ángeles leales que aún conservaban su pureza, liderados por Lute, se alzaban con una luz que desafiaba la oscuridad circundante. Lute, la líder de los ángeles exterminadores, era una figura radiante con una armadura resplandeciente, su espada, un faro de esperanza en un mar de desesperación. Junto a ella, los arcángeles, seres de inmenso poder y majestad, desplegaban sus alas blancas como la nieve, listos para enfrentar cualquier amenaza.
El grito de guerra de Roo resonó por todo el campo de batalla, y sus tropas de ángeles corruptos y seres infernales cargaron hacia adelante con una ferocidad inigualable. Los cielos se oscurecieron aún más cuando Sera desplegó sus alas, ascendiendo y lanzándose en picada hacia las líneas enemigas, su espada dejando estelas de fuego a su paso. Azrael, silencioso y letal, se deslizó a través del campo como una sombra, su guadaña segando vidas con precisión implacable.
Lute levantó su espada y un halo de luz pura la envolvió, enviando un rayo de esperanza a sus seguidores. Con un grito de…
-¡Por la pureza y el orden! ¡Por el cielo!- cargó hacia adelante, encontrando a Sera en un choque de titanes. Las espadas chocaron con una fuerza que sacudió la tierra, y cada golpe era una lucha de voluntades tanto como de habilidades. Las alas de Sera se envolvieron en llamas azules, mientras que Lute brillaba con una intensidad cegadora, ambos luchando no solo por la victoria, sino por el destino de todos los reinos.
En otro rincón del campo de batalla, los Overlords y las familias infernales desplegaban su propio poder, creando un espectáculo de caos y destrucción. Alastor, desataba su terror sónico, su risa macabra resonando en las almas de sus enemigos y haciendo que sus mentes se llenaran de miedo y desesperación, desató todo su poder, demonios sombra, tentáculos y muñecos vudú se dispersaron por el campo de batalla dando pelea a todo enemigo que encontraran a su paso, mientras el director de tal caos, el maestro de ceremonias de aquella pesadilla oscura aumentaba su tamaño al de un titán maligno devorando, aplastando y despedazando a otro grupo igual de grande de corruptos del ejército de Roo . A su alrededor, la familia Goetia invocaba criaturas demoníacas de pesadilla, seres colosales y deformes que surgían de las sombras y la lava, desgarrando todo a su paso con garras y colmillos afilados, Paimon como gran amigo de Lucifer, no dudó en desplegar todas sus legiones.
Los Von Eldritch, con su antigua y oscura magia, formaban un frente impenetrable. Helsa y Bethesda, envueltas en sombras arcanas, lanzaban hechizos que transformaban el terreno en trampas mortales, mientras Fredrick dirigía los ataques con una precisión meticulosa. A su lado, Stella y Octavia, sus auras cargadas de poder infernal, se defendían con una gracia letal, cortando a través de las filas enemigas con una combinación de fuerza y magia.
Vox, el tecnomante de la destrucción, manipulaba las ondas y frecuencias para crear explosiones devastadoras y escudos impenetrables. Velvette, danzaba entre los combatientes con una elegancia mortal, sus movimientos una sinfonía de violencia haciendo uso también de sus pociones para tener ventaja sobre sus enemigos. Carmilla y sus hijas, Zestial y Zeezi, luchaban con una ferocidad brutal, Zeezi los destrozaba con una facilidad impresionante, aferrandolos entre sus fauces y sus garras como muñecos de trapo, siendo respaldada de cerca por Camilla y Zestial, que luchaban en una sincronia perfecta y letal, como un vals de muerte, fortaleciendo sus ataques con cada nuevo golpe. Valentino, con su carisma venenoso, controlaba a sus enemigos, haciéndolos luchar entre sí en una confusión sanguinaria, mientras descargaba cartucho tras cartucho de sus bellas pistolas contra los enemigos incautos.
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Dream A Little Dream Of Me
FanfictionUn dia cualquiera de convivencia entre Lucifer y Alastor que se ven forzados a trabajar juntos, tal vez hacer equipo no sea tan malo y al final de paso a algo mejor. Es un appleradio muy ligero, de hecho solo es sutil, pero espero lo disfruten.