Alguna vez había navegado sobre amplios barcoluengos, rodeada de banderas y emblemas de casas que ni siquiera tomaba en cuenta. Ahora su viaje era inverso, volvía a Essos, acompañada de barcos con el escudo al aire de la Casa Greyjoy, Velaryon y Targaryen. Los que no llevaban un emblema eran los de su propia casa, Vysselmont, Tywin aún no había decidido uno adecuado para ellos, sugirió un león alado y por supuesto, nadie estuvo de acuerdo.
Tenía solo una convicción en mente: traer a Aemond a casa. Podría muy bien estar muerto, pero necesitaba ver su cuerpo, tenía que llevarlo de regreso a su casa. Su hijo tenía que tener un lugar en dónde llorar a su padre. Dalton Greyjoy fue el primero en ofrecerse a acompañarla, decía que de no ser por Aemond, él y muchos de sus hombres estarían muertos. Vhagar sobrevolaba junto a Drogon, Viserion y a Rhaegal, pues Rhaegar también insistió en ir con ellos. Tenía cuatro dragones, varios barcos, un ejército de nacidos de Hierro, varios leales a los Targaryen, incluso, Oldtown envío ayuda para recuperar a su príncipe. Esta vez no tuvo que luchar por eso, no le costó el honor, solo el inmenso amor que sentía por su esposo.
Aún estando a horas de distancia podía sentirse el olor a humo, Vhagar había quemado las costas antes de volver a Westeros.
De alguna manera, la dragona la entendía, sentía la conexión que Danny tenía con Aemond y sabía que las dos tenían el mismo objetivo.—Llegaré a lomos de Drogon —le dijo a Dalton.
El Greyjoy no parecía estar de acuerdo.
—La acompañé hasta aquí, princesa, deje que mis hombres y yo bajemos primero a enfrentarlos, estoy seguro que si conseguimos rehenes y los torturamos, ellos no dirán en dónde tienen el cuer... al príncipe.
Dalton Greyjoy era un hombre amable, pese a la brusquedad típica de su Casa, y a la ironía con la que hablaba en la mayoría de ocasiones, era diferente a sus compañeros nacidos de Hierro. Se preocupaba por el bienestar de su casa, y evitaba la crueldad. Entendía porqué a Sansa le desagradaba, sus modales poco apropiados eran una desgracia para la Stark.
—Yo iré por Aemond —replicó ella—. Aunque tenga que quemar toda la ciudad.
Sentía otra vez esa ira apoderarse de ella, estaba fundida en sus venas como un veneno que la carcomía desde adentro.
—No todos en Tyrosh están involucrados con la Triarquia —le dijo el Greyjoy—. Hay mucha gente inocente.
Era irónico, oír a un Greyjoy lamentándose de un ataque. Dalton no era ese personaje siniestro del que hablaban la historias del Kraken Rojo, o quizá, aún no se convertía en eso.
—Si tengo que convertir el mundo en cenizas para estar con Aemond, para tener su cuerpo, lo haré —respondió decidida—. No me importan las consecuencias, no me importa nada más que honrar a mi esposo.
Ese ejército no era devoto a ella como lo habían sido los dothrakis e inmaculados, muchos ni siquiera estaban de acuerdo con tener a una mujer embarazada al mando de algo tan complicado. No tenía a Gusano Gris, ni a Missandei, a Daario o a Jorah, esta vez estaba sola, rodeada de personas que la veían como una completa demente y estorbosa, pero al igual que ella tenían la convicción de salvar a un príncipe de la corona de la deshonra.
Montó a Drogon antes de llegar a la costa, ella y Rhaegar volaron juntos en completo silencio. El humo aún no se disipaba del todo, pero había gente en la orilla, persona que corrieron horrorizadas lejos de la costa en cuanto vieron a cuatro dragones volando hacia ellos.
—Ten cuidado con las flechas —le gritó Rhaegar—. Yo me encargo de los arqueros.
Su hermano y Rhaegal se alejaron de ella, Danny tenía un rumbo fijo, iría directamente a la Torre Sangrante, en dónde el Arconte, el máximo dirigente de Tyrosh y sus magisteres se encontraban. Los hombres de Greyjoy estaban cerca a desembarcar e irían en su encuentro si no había antes una batalla.
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La Princesa Del Mañana | Daenerys x Aemond
FanfictionDaenerys Targaryen ha muerto, pero no la espera un descanso eterno, sino una misión encomendada por la diosa Valyria de la vida y la muerte, la khaleesi será enviada al pasado, poco antes del comienzo de la Danza de Dragones, su misión es evitar que...