07

63 9 1
                                    

—Ya te lo dijeron esos chicos, ¿no?

—Lo se, pero...

—No es tú culpa, Shino. Y se que Saya también lo piensa.

Shino observó el rostro dormido de la Uchiha, aunque sus ojos estaban cubiertos con esas extrañas gafas, a simple vista se podía ver su preocupación.

A su lado, una mujer de cabello corto, ojos afilados y una cicatriz en su frente le hacia compañía.

Vestía un kimono blanco de hombre, su clavícula era visible, revelando un sin número de cicatrices, causadas por un latigo.

—Soy su maestro, pero, no pude proteger a mis estudiantes, en vez de eso los ataque. Sigo pensando que es mejor que renuncie.

—Un error lo comete cualquiera.

—No es cualquier error.

La mujer suspiro, lo conocía demasiado bien, sabía que le era imposible hacerle cambiar de opinión. —Espera a que despierte antes de tomar cualquier decisión, ¿de acuerdo?

—Si...

—Vendré a verla luego.

La mujer soltó un suspiro, se dio la vuelta y salió del hospital, aunque quisiera quedarse más tiempo con la chica, el trabajo se lo impedía.

...

Al abrir sus ojos, lo primero que la recibió fue aquel blanco y desconocido techo del hospital, al mover su mano, un familiar y agudo dolor la hizo fruncir el ceño.

Al sentarse, noto de inmediato al hombre a pocos metros de ella, estaba de pie, inmóvil, mientras la observaba.

—Shino-sensei— Murmuró Saya con sorpresa, su mejilla ahora era de un color morado casi negro, pero la hinchazón había bajando. —¿Cuánto tiempo llevas allí?

—No mucho— Respondió él Aburame, dio un pasó al frente, luego otro. Al estar a un metro de la cama, le hizo una reverencia a la chica.

Cosa que la asustó bastante. —¡¿Qué haces, Shino-sensei?!

—Lo siento, Saya. Descuide mi deber, permití qué uno de mis estudiantes fuera herido, de no ser....

Saya se levantó de inmediato, y sin dudarlo por un momento ayudo a su sensei a enderezar su espalda. Si había algo que la Uchiha odiara eran las disculpas. Y más cuando eran innecesarias.

—No has descuidado tú deber, sensei. Fue un accidente, además, creo que es suficiente con que nos tengas paciencia. Somos un grupo muy problemático ¿no?

—Saya...

—Además, no estoy aquí por él golpe que recibí ayer— Confesó Saya, con una expresión indefensa.

—¿Eh?

La Uchiha retiró las vendas de su mano izquierda lentamente, revelando a los pocos segundos, su mano cubierta por innumerables heridas, unas sobre las otras, grandes y pequeñas, leves y profundas. Una vista bastante desagradable.

Con sorpresa, Shino evaluó aquella mano, en esa época de paz, era normal que nadie quisiera esforzarse.

Los que quieran ser ninja eran una minoría, pero, era realmente extraño, ver en esta época a alguien entrenando a tal manera que ni siquiera el dolor los podía detener.

—Tú, has....

—Mamá las descubrió por accidente, así que, no debes culparte sensei, creo que lo estás haciendo muy bien.

....

—Eso ya esta comenzado a darme miedo, no estoy en desacuerdo con que quieran observar a la persona que les atrae, pero...— Comentó Shikku apretando su puño con fuerza.

Hilo rojo [Uzumaki Boruto] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora