Me siento ligero, mi cuerpo esta relajado y mis alas dejaron de doler, mis patas se sienten limpias y con una tela suave cubriendolas, todo este ambiente se siente comodo y tranquilo, y podia sentir la respiración de mi hijo Chay junto a la mia, pero...y Talulah? Mi niña, oh no...
—Mmm....lulah...Talulah...Talulah!—
Escuche el abrir de una puerta, vi a un jovén de cabellera negra entrar, llevaba a mi hija en sus brazos, estaba bien, limpia y con ropa nueva, me quedé respirando fuerte y asustado, pero bati mi cabeza y me levante con cuidado.
—Despertaste! Oup, no, no, no, tranquilo, tranquilo— Se acerco a mi y trato de que no me levantara, su tacto era suave, lo mire de arriba hacia abajo, podia notar sus patas de vaca, eran blancas, se veian bastantes peludas, sus ojos eran grandes y negros, le daba un toque tierno a su rostro, tenia cuernos medianos en forma de corazón, y sus orejas se movian constantemente al igual que su cola, su ropa solo era un camisa de campo con una abertura en su pecho, el cual...era enorme.
—Estas mejor? Duele algo?— Quería responder pero mi voz se sentia encerrada, pero trate y solte un simple —No—
—Muy bien, cualquier cosa, pega un grito— se rio de su propio comentario y yo hize una sonria un tanto inconsiente, mire a mis dos hijos y quize tomar a mi niña en mis brazos, el chico no se negó.
—Gracias por..cuidarlos...Philza, me llamó Philza— extendi mi mano tratando de no mover mucho a Lulah —Missa, y yo soy Missa— Tomo mi mano y volvi a sentir ese tacto suave.
Me quede en silencio, para mi parecia eterno e incomodo, aun que para el chico vaca se veia que estaba comodo, supongo yo. Quize entablar conversación, pero el grito animado de un niño, intuyo, me detuvo.
Un pequeño niño toro entro bastante energetico a la habitación, quien fue callado instantaneamente por Missa —Shhh— El niño se detuvo al momento y como un completo angelito se paro recto cruzo sus manos detrás de su espalda y con su pesuña derecha jugueteo en circulos —Lamento el bullicio, te presento a Carlitos, mi hijo—
Missa alzo al niño y lo acerco a mi, claro, para cualquier padre o madre su hijo es un lindo angelito, pero ese niño me miro como un psicopata, juraria que me estaba asesinando, comiendo y enterrando mis huesos con solo mirarme, solo rei nervioso y aparte mi mirada preocupado.
—Lamento el ruido, es un niño muy imperactivo— acaricia su mejilla con su precioso y para nada aterrador niño toro —Jaja, no, no, sin problemas, es...un lindo niño je..(ayuda)—
—Mami, quien es el seño negro?— Oup! Bueno, el es Philza, es un invitado, y ellos son sus hijos— Hey! Hola! Este- Carlitos(?)— Es un señor raro— Pero por ahora, tendrás que convivir con ellos un tiempito mi amor—
Me sentia amenazado incluso si no me habian dicho nada, ese niño me miraba con ganas de abrirme el cuello con una espada de plastico, y esa cosa nisiquiera tiene filo! Como sea, simplemente segui conversando con Missa, hasta ahora, se comportaba como un amor de persona, me sentia comodo, y más tranquilo, mi cuerpo se recupero bastante, solo queria tomar una ducha y estaria perfecto, pero empeze a sentir el movimiento de uno de mis hijos, era Chayanne, se desperto al fin y parecia hambriento, y como no, no hemos comido desde hace dos días, tal vez ahora podamos pedir algo.
—Missa, perdón el atrevimiento, pero..tienes comida que nos regales?— Claro! Desean comer afuera o aquí?— Afuera, si no es molestia— Sin molestias, vamos, a demás, ya es hora de almorzar— Jejeje, si- eh?—
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Yo y Chayanne empezamos a comer, aun que, se me hacia medio incomodo, porque mi hijo estaba tomando de la leche de Missa, desde su pecho, no me opuse porque pues, tiene apenas 2 años, y en todo ese tiempo ni el ni Lulah habian tomado ningun rastro de leche natural o materna como se dice, aun que el comentario de Carlitos me hizo casi atorarme con la carne.
—Mami esa es mi leche— exclamo Carlitos, tratando de quitar a Chayanne del pecho de "mami"—Hay que compartir mi amor— Pero te va a dejar seco!— Cough! ah? que? decian?— Me hice el idiota para no reirme.
6:00 pm
La tarde habia llegado más rapido de lo que pense, pero no me importo mucho, pude tomar mi baño en unas aguas termales cerca de aquí y mi cuerpo pudo sentirse ligero, tuve que pedir prestado ropa, me quedaba perfecto debido a que Missa usaba ropa grande, aun que lo de los pantalones fue un tanto dificil debido a que el no los usa mucho, pero tiene algunos, el dice que son para cuando su hermano llegue y que suerte de que tengamos la misma talla. Me acoste junto con mis dos niños ya alimentados y bien cuidados, y por un momento, pude sentir esa paz, esa paz que yo considero el exito en una vida, al fin, despues de años, poder dormir bien.
—Gracias Missa— Por qué?— Por todo hasta ahora, has sido una bendición, y quiero agradecerlo...gracias— Oww, no hay de que, para eso estoy...Buenas noches, Philza—
—Buenas noches a ti también, Missa...gracias denuevo— escuche su risa y por distraido me caigo en el sofá, me rei bobamente y luego me fui—
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Me gusto escribir esto la verdad, aun que me bloquee bastante por que cada nueva palabra me parecia más innecesario que la anterior, así que espero a ustedes tambien le guste.
Datos:
Missa tiene un hijo, Carlitos, como ya lo conocieron, es un niño mitad toro, su padre por ahora será desconocido, pero pueden adivinar quien es.
Philza no se enamorara de volada, comenzara un proceso en el cual, tal vez al principio paresca que lo esta pero no, casi toda su vida fue un caos, así que alguien lo trate bien lo hará sentirse seguro y agraciado, así que no confundan sus actos y nerviosismo, recuerden esto muy bien.
