°•Borrachos•°

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Después de ese almuerzo del Kamaboko squad, estos se fueron a la finca del agua a entrenar. Su entrenamiento fueron enfrentamientos con katanas de madera, el cual el primero que caiga rendido, pierde.

-Ya chiquillo, le toca a Genya y al weón ese de máscara de jabalí- Habló kanao, recibiendo una mala mirada del último nombrado.-E' broma Ino, no te enojí'- Agregó dándole una abrazo por la espalda a Inosuke.

-¡Salte mierda!- Le reclamó el de puntas azuladas, agitandose pero con cuidado de no dañar a la chica.

-Ya en serio hermano, ¿Como tení' amigos así?- Le preguntó la demonio a su hermano, el cual estaba agarrando las katanas de madera.

-Ay Nezuko, ni yo lo sé, pero los quiero mucho- Le contestó con una sonrisa.

-Ya cabro', cachipún quien empieza- Dijo Genya, el cual todos se acercaron e hicieron lo nombrado.

-¡Ca- chi- pun!-Dijeron al unísono, teniendo como resultado a Nezuko y Zenitsu con piedra, y al resto con tijeras.

-Dale Nezu, combate entre los dos- Habló mientras se dirigía a un extremo del patio de la finca, mientras la menor se iba a sentido contrario.

-Ya saben las reglas, el primero que cae rendido, pierde- Habló el pelirrojo.-Nezuko, ya sabí', no heridas que provoquen sangrado intenso- Le advirtió.

-Y... ¡Ahora!- Cuandl Inosuke terminó de hablar, ambos oponentes desaparecieron de sus lugares.

Estos se juntaron en el centro, zenitsu dándole golpes con la katana, mientras Nezuko los esquivaba con agilidad.

Estos combatían, Zenitsu con rasguños y Nezuko agotada, regenerando su cuerpo constantemente gracias a la rapidez de zenitsu.

Estos peleaban con todas sus fuerzas, hasta que la menor dio un golpe en el pecho al pelirrubio, sacándolo de la zona de combate.

-¡Tiempo!- Exclamó el de puntas azules, acercándose a la demonio para levantar la como si fuera un trofeo.-¡Así se hace Nakuzi!-

-Ay mierda...- Susurró el pelirrubio como queja.

-¿To' bien zeni? Ven, vamo' a sentarte- Le dijo el pelirrojo, tomándolo en brazos y haciéndolo sentar en el piso de madera que se encuentra ahí.

-Gracias Tan- Agradeció el pelirrubio con una sonrisa. El contrario solo se la devolvió.

-Iré por toallas pa' que se limpien el sudor, ya vuelvo- Habló fuerte el pelirrojo, yendo al interior de la finca a buscar toallas que estaban guardadas.

Abrió un armario y empezó a buscarlas, cuando las encontró sacó una para cada uno, y en eso se cae un pañuelo que le suena muy familiar. Rápidamente se apresuró en seguir buscando por el interior del mueble, sacando al menos unos 8 pañuelos más.

Los agarro junto con las toallas y salió corriendo al patio con los demás.

-¡Chiquillos! ¡Miren lo que me encontré!- Gritó el pelirrojo, captando la atención de sus amigos y haciendo que se acerquen a el. Alzó los pañuelos en sus caras y los movía con felicidad.

-¡Encontraste los pañuelos de cueca! Los he estado buscando hace caleta de rato- Habló el rubio, agarrando uno.

-Yo digo que bailemo' una cuequita- Sugirió Kanao.

-Pero weón, somo' seis y cuatro son hombres, ¿Como le hacemos?- Cuestión el de lados rapado, poniendo a pensar al resto.

-Pues yo digo que por turnos, ¿No?- Habló el rubio.

¡¿Tomioka, Mitsuri, Son Ustedes?!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora