¡¿Tomioka, Mitsuri, Son Ustedes?!

°•Empezando los bailes•°

Ya había pasado 1 semana desde que las personas habían llegado a su respectiva casa en Japón, levantándose temprano por los llamados de los cuervos en las ventanas.

—¡Caw! ¡Depetas! ¡Caw!—

—¡Callate cuervo culiao'!— Gritó un hombre, recibiendo almohadazos de dos hombres que estaban ahí.

—Arria' Cristian— Lo llamó uno de los hombres.

—Callate Benja—

—Puta el culiao simpático— Dijo el tercero de su lado —Levantate weón—

—Sha que flojera—

—¿Están todos levantados?— La voz fuerte de Tomioka resonó en todo el piso de ahí, haciendo que estos 3 salieran de su habitación con rapidez.

—¿Están todos aquí abajo?— Preguntó Mitsuri con un gran aura de alegría.

—¡Si señorita Mitsuri!— Contestaron al unísono todos los que estaban viviendo ahí.

—Muy bien, ahora que están to' aquí, ¿Con qué baile empezamo' a ensayar?— Preguntó Tomioka.

—Yo propongo iniciar con La Diablada— Dijo Mitsuri.

—¿Están to' de acuerdo?— Volvió a preguntar Tomioka.

Los presentes respondieron con una afirmación, en eso sonó la puerta de la finca.

—¡Apá! ¡Este cerdo me quiere pegaaaaaaaar!— La voz llorona de zenitsu hizo que se riera el mayor y se dirigirse a abrir la puerta.

—Hola mis niños— Saludó tomioka, recibiendo un abrazo de los 6 menores.

—Muete' weon— Lo empujó Mitsuri —¡Hola mis amores!—

—¡Mamá!— Los menores abrazaron a la pelirrosa quien les daba un beso en la cabeza a cada uno.

Después de un tiempo y de haberse asignado quienes serían las Vírgenes y animales pudieron iniciar el baile.

Aun que en el proceso no todo salía muy bien.

—¡Son seis saltos!— Le Reclamaba una mujer a otra.

—¡Son cinco!—

—¡Tení' que contar el primero!—

—¡Pero si esa wea es puro marcar, no cuenta!—

—¡Si cuenta!—

—¡Weona que no!—

—A ver señoritas, no se peleen ¿Si?— Tanjiro se acercó a ellas con dos vasos de agua —Descansen un momento—

Pasado una media hora la gente cada vez se armoniza más y tienen más paciencia gracias a las palabras de  motivación de nuestro pelirrojo.

—A ver, ¿'Onde chucha se metió el cóndor?— Se preguntó Tomioka en voz alta, viendo como la persona que representará este animal se acerca rápidamente —Bien, tu vai' aquí al centro pa' que después empieces a saltar en tu solo — Tomioka observó como el que hacía del cóndor empezaba a saltar al compás de la música, sacandole una sonrisa —¡Lo haces perfecto!— Le gritó, ya que el cóndor se encontraba en la otra esquina del patio saltando.

—Señor Tomioka, ¿No somo' muchos pa' hacer la diablada?— Le preguntó una chica —Podríamo' hacer dos bailes, y uno como...— La chica dejó de hablar para soltar —¡El chiru chiru! O ¡Los 7 pecados capitales!—