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Una nueva noche en el Divinity's daba inicio sumándose a las cientos de noches en el historial del famoso club nocturno ubicado a la salida de la ciudad de Daejeon. Si se tomara lista de todos los acontecimientos que habían ocurrido en ese lugar, estaríamos en una larga conversación que podría durar horas, ni hablar de los sucesos que ocurrirían a futuro, pero no nos adelantemos a los hechos, mientras tanto solo nos enfocaremos en esa noche en particular.

Donde se vendería el alma al diablo una vez más.

Las puertas se abrieron a la par revelando la nerviosa presencia masculina que no podía controlar el sudor saliendo de sus manos. Park Jaebeom era un sujeto que a simple vista intimidaba, su bendecido porte le había dado muchas ventajas en el pasado, ni hablar de los cientos de tatuajes que cubrían parte importante de su cuerpo.

Una imagen de rudeza que intimidaría a cualquier persona. Pero la verdad era que toda esa imagen era una completa mentira, y por mucho que haya intentado ocultarlo, la verdadera esencia de las personas siempre salía a la luz al final del día. Jaebeom solo era un cobarde más que tomaba cualquier oportunidad que se le cruzara enfrente con tal de salvar su propio trasero.

Con un vistazo rápido logró identificar al hombre con el que se reuniría, inhaló profundamente y con pasos cortos se acercó a una de las mesas con vista al escenario. Un par de chicas estaban terminando el espectáculo y los aplausos eufóricos bloquearon cualquier otro sonido en el ambiente. Esperó un momento a que todo volviera a la normalidad para hacerse notar puesto que el señor Chun mantenía su vista en el celular de su mano y no había otra forma de llamar su atención. 

- Señor -inclinó su cuerpo casi en 90 grados, mostrando respeto- Lamento la demora.

- 15 minutos tarde -ni siquiera lo volteó a ver y agradeció eso, no se veía capaz a enfrentar la oscura mirada del mayor.

Sin pronunciar palabras se levantó y no le quedó otra alternativa más que seguirlo, maldiciendo en su interior ya que pensó que la conversación se llevaría a cabo con más gente alrededor, sintió un poco de alivio cuando sus pasos se dirigieron a un costado y la cortina del templo solar, el cual tenía la mejor vista al escenario, se abrió al momento en el que el señor Chun se acercó, entrando y posicionándose en uno de los sillones más grandes que existían en ese lugar. Jaebeom se sentó al frente y el silencio abrumador entre ambos le dio a entender que estaba esperando a que él comenzara a hablar.

- Señor Chun, he tenido un poco de dificultades para reunir el dinero, pero si me diera unos días más-

- ¿No crees que te he dado el tiempo suficiente? -la fría voz lo interrumpió y antes de poder responder una de las chicas ingresó al espacio con una bandeja en sus manos.

Fall dejó una copa frente al caballero y con su sonrisa encantadora no tardó en entregarle un fajo de billetes que recibió gustosa, quien pensaría que una mirada tan dulce podría cambiar rápidamente dependiendo a la persona que veía, porque el vistazo hacía Jaebeom estaba cargado de tal odio que de ser posible lo habría asesinado en ese mismo momento.

La pelirroja se fue moviendo las caderas hasta desaparecer de la vista de ambos, Jaebeom notó los ojos curiosos del señor Chun ante la imagen y lo escuchó soltar un suspiro ligero mientras se tomaba su tiempo para beber del contenido de la copa. Carraspeo su garganta llamando su atención nuevamente.

- Le juro que tengo casi todo el dinero reunido, se lo puedo entregar en este mismo momento si es que me da un par de días más-

- "¿Si es que?" -preguntó intrigado- ¿Acaso estamos negociando, muchacho?

- Claro que no, mis disculpas.

Agacho su cabeza, avergonzado, nunca había sido bueno con las palabras. Nunca había sido bueno con muchas cosas y hablar antes de pensar era una de las principales.

WINTER, serie Divinity's #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora