El Imperio de los Titanes

Capítulo 57: Un Juicio para la Humanidad

Con un crujido resonante, la puerta adyacente al estrado del juez se abrió, revelando la entrada de una figura distinguida. Cuando el hombre mayor con un aura regia entró en la habitación, un silencio cayó sobre el espacio anteriormente bullicioso, sofocando efectivamente los murmullos que una vez impregnaron el aire.

Su cabello y barba con mechones plateados le daban un aire de sabiduría y autoridad, atrayendo la atención de todos los presentes. Adornando su resplandeciente abrigo había una serie de medallas relucientes, cada una de las cuales era un testimonio de su ilustre carrera y su inquebrantable dedicación. Estos símbolos de honor y distinción lo designaban inequívocamente como un hombre del más alto nivel, ocupando el pináculo de la jerarquía del ejército humano. Comandante en Jefe Darius Zackly.

Con un movimiento elegante, el anciano se quitó con gracia su chaqueta hecha a medida, tratándola con sumo cuidado mientras la doblaba meticulosamente. Lo colocó con delicadeza sobre el gran estrado y se acomodó en el sillón central. Cuando su mirada se dirigió hacia Eren, Annie e Ymir, sus ojos acerados se clavaron en ellos, rebosantes de una profunda seriedad. Arremangándose las impecables mangas de su impecable camisa blanca, indicó que estaba listo.

"Está bien, comencemos", dijo el hombre con voz profunda antes de hojear los papeles que tenía en la mano. "Sus nombres son Eren Jaeger, Annie Leonhart e Ymir. Soldados que juraron dar sus vidas por la humanidad, ¿estoy en lo cierto?"

"Sí, señor,"

"Este es un caso excepcional. Como no está contemplado en la ley, debemos realizar un consejo de guerra especial. Yo dictaré la sentencia. En este juicio decidiremos si los dejamos vivir a todos o los matamos. ¿Tienen alguna objeción?"

"No, señor", dijo Eren con una voz que no mostraba miedo.

"Muy bien. Comenzaré el juicio ahora mismo. Los que están en el juicio son Eren Yeager, Ymir y Annie Leonhart. Ustedes tres son un caso especial; este juicio decidirá si son seguros para la Humanidad y si debemos ejecutarlos o no." Zackly habló con calma mientras pasaba las páginas, sus ojos fijos en Eren, quien le devolvió la mirada.

Mikasa, que estaba parada junto a Armin, parecía preocupada, al igual que Armin, pero el comandante Erwin parecía completamente tranquilo y sereno; lo mismo para el Capitán Levi y Hange Zoe; Mikasa tenía un pequeño corte en el dedo meñique, suficiente para sacar sangre en caso de que necesitara defender a Eren. Aún así, fue sacada de sus pensamientos cuando Levi habló en voz baja.

"No hagas ninguna tontería, Ackerman. Transformarte en este edificio solo le complicará las cosas a tu novio; dicen que tienes la fuerza de mil soldados, así que actúa como un soldado y observa". Levi habló con voz autoritaria; Mikasa casi le frunció el ceño cuando Armin le dio una mirada como diciendo que no dijera nada imprudente, por lo que Mikasa se tragó su ego y decidió no hacer nada precipitado; sabía que necesitaba tener más confianza en sus camaradas.

"Sí, Capitán", Levi no pareció creer sus palabras, pero aun así, su atención volvió al Juicio.

Sin que el dúo Ackerman lo supiera, cierto hombre que llevaba un abrigo estaba mirando desde un lado, con una sonrisa ansiosa en su rostro, sus ojos enfocados únicamente en Levi y un poco en Mikasa. "Bueno, el mocoso no ha crecido en absoluto; qué sorpresa, en todo caso, es más bajo que antes", se dijo Kenny en voz alta mientras sus ojos se posaban lentamente en la chica a su lado.

"Pero ¿quién es la chica?", se preguntó en voz alta, sin que la sonrisa abandonara su rostro; Miró de cerca a la chica y pudo ver el parecido de inmediato.

"Bueno, jodeme, ella tiene buena pinta, pero ¿de dónde viene?", se preguntó Kenny en voz alta, rascándose la parte superior de la cabeza con el dedo índice. Conocía a todos los Ackerman dentro de los Muros, pero ésta parecía haber escapado de su alcance de alguna manera; Hasta donde él sabía, su padre y su hermana habían sido los únicos que quedaban hasta que su hermana dio a luz al mocoso.