El Imperio de los Titanes

Capítulo 66: Los Caminos

Gasp. Eren abrió los ojos; casi esperaba estar de vuelta en casa; sentía la cabeza pesada y el dolor de cabeza no ayudaba; esperaba ver la cara preocupada de Mikasa, pero en cambio, estaba en un lugar que nunca había visto antes.

Frente a él se alzaba un desierto interminable que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. La vasta extensión parecía extenderse infinitamente, carente de cualquier signo de vida o de habitación. Sorprendentemente, a pesar de la falta de cualquier característica discernible en el paisaje, no había ni calor abrasador ni frío cortante.

Lo que realmente cautivó su atención fue el gran espectáculo que lo esperaba en el lejano extremo del horizonte. En la culminación de este desierto árido, un árbol creado enteramente con luz pura y radiante. Sus magníficas ramas se extendían incansablemente hacia el cielo sobre él como si quisieran alcanzar los cielos mismos.

"¿Dónde estoy?", preguntó Eren mientras se quitaba la arena de los pantalones; sus ojos rápidamente notaron una figura parada frente al Árbol de la Luz. Entrecerró los ojos y la figura era una mujer adulta de unos veinte años con cabello largo y rubio que se acercaba lentamente a él.

"¡Eren!", La voz resonó a su alrededor como si el espacio a su alrededor dijera el nombre. Eren mantuvo su atención en la mujer que se acercaba a él; parecía quizás unos años mayor que él; a primera vista, Eren pudo notar las similitudes entre ella e Historia. Si no supiera quién era Historia, habría pensado que era la hermana de Historia.

"¿Quién eres tú?", preguntó Eren confundido mientras la mujer se detenía frente a él; sus ojos eran morados, morado brillante; Eren no recordaba que alguien tuviera ese color de ojos.

A pesar de haber escuchado su pregunta, ella permaneció en silencio, como si no pudiera ni siquiera hablar. Eren estaba a punto de preguntar de nuevo cuando una voz habló detrás de él. "Ella es la Fundadora Ymir".

Eren se giró; frente a él estaba sentado un hombre que parecía familiar de alguna manera, pero Eren estaba seguro de que nunca lo había visto antes, si no a él, quizás en los recuerdos de su padre.

El hombre era alto, ancho y de complexión bien formada, con ojos grises, pelo rubio platino desgreñado y un bigote a juego que descendía hasta la barba. Vestía una camisa blanca, pantalones holgados, botas militares y gafas circulares. Estaba sentado con las piernas cruzadas y llevaba un collar de hierro alrededor del cuello, con cadenas de hierro unidas a él que parecían surgir de la arena.

"¿Quiénes son...?". Eren se detuvo a mitad de la frase; recordó lo que pasó antes de que llegara aquí; estaba a punto de golpear al Titán Bestia, pero luego Eren recordó sentir que todo su cuerpo se electrocutaba. Eren hizo una mueca de dolor de cabeza mientras se agarraba el costado de la cabeza. Recordó las innumerables voces y visiones. No podía entender lo que vio, pero recordó una voz que decía algo sobre la habilidad oculta del Titán de ataque.

"¡Tú eres el Titán Bestia!", gruñó Eren, sus ojos verdes brillando de rabia; recordó la forma en que las rocas habían destruido el Cuerpo de Titán de Mikasa si tan solo una de ellas hubiera golpeado su nuca. Eren sabía que en realidad no haría mucho, ya que la nuca de Mikasa se había cristalizado, pero Eren sabía que el hombre frente a él había convertido a los Eldianos en Titanes, había matado a su gente, había atacado a Annie y al Capitán Mike, casi había hecho que mataran a Mikasa.

Antes de que se diera cuenta, ya estaba avanzando hacia él, dispuesto a golpearlo. No sabía si podría matarlo en ese lugar, pero lo intentaría. Pero mientras seguía corriendo hacia él, Eren notó rápidamente algo extraño, a pesar de los pasos que daba hacia el hombre, no se acercaba, de hecho, Eren notó que se alejaba un poco más mientras seguía corriendo hacia adelante, se detuvo en seco, al darse cuenta de que no podía llegar a él, el hombre simplemente permaneció en silencio, con sus ojos centrados en él.