XVII

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El sol de la tarde se filtraba a través de los vitrales de la catedral de Mónaco, proyectando un resplandor multicolor sobre los invitados reunidos. La majestuosa catedral, adornada con flores blancas y doradas, estaba llena de amigos, familiares y colegas de la Fórmula 1, todos ansiosos por presenciar el enlace de Max y Sergio.

La música de un cuarteto de cuerdas llenaba el aire, creando una atmósfera solemne y romántica. Max, vestido con un elegante traje negro, esperaba nervioso en el altar junto a su y padrino, Lewis. A su lado, Christian y Toto observaban con orgullo, dejando de lado sus rivalidades por este día especial y mostrar al mundo su larga relación de 20 años.

Las puertas de la catedral se abrieron, y todos los ojos se volvieron hacia el pasillo. Sergio apareció, radiante en un traje blanco hecho a medida, algo holgado, puesto que su barriga comenzaba a notarse, caminando del brazo de su padre. Su rostro brillaba de felicidad, y sus ojos estaban fijos en Max, quien no podía dejar de sonreír.

Mientras Sergio avanzaba, la música cambió a "Canon en D" de Pachelbel, llenando la catedral con una melodía suave y elegante. Los invitados se pusieron de pie, susurrando elogios y admiración mientras Sergio se acercaba al altar.

Cuando Sergio llegó al altar, su padre le dio un beso en la mejilla y entregó su mano a Max. Los dos hombres se miraron con amor y emoción, conscientes de que este momento marcaría el comienzo de una nueva vida juntos.

El sacerdote, un hombre de apariencia amable y voz profunda, comenzó la ceremonia con una bendición:

Queridos amigos y familiares, estamos aquí reunidos hoy para celebrar la unión de Max y Sergio en santo matrimonio. Este es un día de gran alegría, y nos sentimos honrados de compartirlo con todos ustedes -.

El sacerdote continuó hablando sobre la importancia del amor y el compromiso, citando pasajes de la Biblia que hablaban de la devoción y el sacrificio mutuo. Los invitados escuchaban atentamente, algunos con lágrimas en los ojos, emocionados por la sinceridad y profundidad de las palabras.

Max y Sergio han escrito sus propios votos, que ahora compartirán con nosotros -. Anunció el sacerdote, señalando a Max para que comenzara.

Max tomó las manos de Sergio, mirando a sus ojos llenos de amor y ternura.

Sergio, desde el momento en que te conocí, supe que mi vida cambiaría para siempre. Has sido mi roca, mi apoyo y mi inspiración. Prometo amarte y respetarte, apoyarte en los buenos y malos momentos, y estar a tu lado siempre. No puedo esperar para comenzar esta nueva etapa de nuestras vidas juntos, como esposos y padres -.

Sergio respiró hondo, sus ojos brillando con lágrimas de felicidad.

Max, tú eres mi todo. Has llenado mi vida de alegría y amor, y no puedo imaginar un futuro sin ti. Prometo amarte incondicionalmente, cuidarte y apoyarte en cada paso de nuestro camino juntos. Estoy emocionado por el futuro que construiremos juntos, como familia.

El sacerdote sonrió, conmovido por la sinceridad de los votos.

Que los anillos, símbolo de su amor eterno, sean testigos de esta promesa -. Dijo, invitando a Lewis y a Pato, el padrino de Sergio, a presentar los anillos.

Max tomó el anillo y lo deslizó suavemente en el dedo de Sergio.

Con este anillo, te tomo como mi esposo, ahora y para siempre -.

Sergio hizo lo mismo, con una sonrisa radiante.

Con este anillo, te tomo como mi esposo, ahora y para siempre -.

El sacerdote levantó las manos en señal de bendición.

Por el poder que me ha sido otorgado, los declaro esposos. Pueden besarse -.

Enemies to LoversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora