—Okey, ¿pero qué tiene que ver llevarme rápido a casa con mover la mochila a tu pecho? —me mofé con el fin de molestarlo, ya que se veía muy sexy cuando fruncía el ceño y acentuaba su mandíbula.
—Eres taan tonta. Hago espacio en mi espalda para poder cargarte en ella y que no tengas que seguir caminando, tesoro —se encorvó un poco, quedando a centímetros de mi rostro, con una sonrisa ladina que me hipnotizaba.
—¿Acaso tú eres un trocito de algodón de azúcar? —indagué emocionada, tomándolo de las mejillas.
—¿Y ahora de qué hablas? —frunció más el ceño, arrugando el puente de su nariz, y yo mordí con satisfacción mi labio inferior.
—Hablo de que eres tan dulce que quiero comerte a besos —entre tanta euforia no había puesto atención a todo lo que acabada de decirle en voz alta.
Se suponía que eso no saldría de mi mente. Π>.<Π Maldito complejo de Lickytung.
Ethan se carcajeó.
—Estoy tan impresionado que me cuesta creer que seas la misma chica ruda del callejón, pero, déjame decirte que —su voz era pausada. Acercó su rostro más al mío, sofocándome al cubrir la luz del día con su gigantesca figura, entonces me preparé mentalmente para oírlo burlarse de mí—.... me encantas —soltó, dejándome sin habla. Él no se burló de mí, por el contrario, dulcificó la situación y me abrazó, intentando apaciguar mis infernales mejillas, cosa que era imposible, estaba demasiado avergonzada, había soltado todo eso sin pensar.
Lamentablemente mi subconsciente me había vuelto a exponer.
Cuando se separó un poco de mí, me tomó de las mejillas—Ya cálmate, no debes sentirte avergonzada, todo lo que dijiste me hace querer abrazarte y protegerte de todo mal, porque eres la niña más dulce que conocí en toda mi vida, y no solo eso, eres perfecta siendo tú —sonrió, iluminando con júbilo ese instante.
Oteé sus facciones sin poder creer que estuviese oyendo algo tan lindo, aunque sospechaba que ese debía ser uno de los tantísimos encantos que sumados a su atractiva apariencia, lo terminaban de potenciar hasta convertirlo en un irresistible diez, del que varias equis querían ser parte.
—Ahora sube a mi espalda, por favor, que muero de hambre —pronunció enderezándose a la vez que desprotegía mis mejillas al quitarle el calor de sus manos.
Mis ojos se cristalizaron debido a sus dulces palabras—Gracias por aparecer en mi vida —me abracé a su torso un momento, disfrutando de como sus brazos me rodeaban con una calidez excepcional. Y, seguido de eso, me monté en su fuerte espalda.
[...]
Después de varios minutos caminando, ya faltaba muy poco para llegar a casa...
—Oye, ¿tú haces mucho ejercicio, no? —interpelé curiosa, me encontraba masajeando sus hombros mientras él caminaba.
—Solo un poco, para desestresarme y gastar energía durante la semana. ¿Por qué lo preguntas? —giró un poco la cabeza para verme, afianzando sus manos en mis muslos internos.
—Es que tienes una espalda muy fuerte, tus músculos no son broma, pareces Gokū —exterioricé palpando sus deltoides y él rió.
—Gracias por apreciar mis músculos, pero ya que hablamos de ejercitarse, yo debo confesar que estoy muy ansioso por hacer cardio contigo —su risilla traviesa hizo vibrar su espalda.
—Pero yo odio hacer ejercicio —comenté inocente, abrazando su cuello sin entender a lo que estaba haciendo alusión.
—No te preocupes, lo haremos de una forma muy delicada y lenta, va a gustarte mucho —prometió sin detener sus pasos.
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~𝓕𝓪𝓵𝓵𝓲𝓷𝓰 𝓲𝓷 𝓵𝓸𝓿𝓮 ↓
Teen FictionSus caminos se cruzaron por una apuesta, sin embargo, el amor parece ganar terreno, pero, ¿será real o solo es parte del juego de Ethan para lograr su objetivo? 👀 ≈ •Historia mía, 100% original. Todos los derechos reservados. © No se aceptan copias...