Es lunes y ya empece mal la semana.No debí confiar mucho en mí alarma, la maldita no sonó.
Y no es del todo su culpa, fui yo la ayer no la programo. Pero es un aparato inteligente, podria hacer algo de esfuerzo y ayudarme.
Estaba tratando de correr lo menos posible pero llegaba tarde al trabajo y apenas era lunes.
Cuando por fin pude entrar al edificio de la editorial solté un suspiro de alivió.
Tuve que tomar el ascensor y descansar contra el unos segundos, el sobre esfuerzo no era mi mejor amigo.
Y la actividad física tampoco.
Esperé un minuto hasta que llegue a mi piso, salí del ascensor y fui directo hasta mí oficina pero alguien me paro.
—Nicole!
Mire a Stefan que venía agitado hasta mi y se apoyaba en sus rodillas para recuperar aire.
Él era uno de mis pocos amigos en el trabajo, no era muy sociable.
Bueno solo tenía cuatro amigos y tres eran del trabajo.
—¿Qué pasó?
Le frotó la espalda con la mano y el me señala el final del pasillo.
—La jefa te quiere ahora mismo en su oficina.
Explica con rapidez y yo me cruzo de brazos.
Normalmente Charlie tarda un poco más en llamarme a su oficina.
—¿Qué? Tan temprano…
Me mira confundido.
—El escritor del último libro te está esperando hace media hora Nicki.
De pronto me acuerdo.
Harrys...
Mierda.
Habia llegado media hora tarde y el pobre debe estar esperándome mientras mí jefa lo aturde con historias raras.
Si, mí día estaba de mal en peor.
Corro empujando a todo el mundo y llego en tiempo récord a la oficinas de Charlie y entro.
—Perdon perdón, me quedé dormida y…bueno la alarma no sonó, no lo hice aproposito lo juro yo-
Empecé a balbucear pero me calle cuando vi la mirada dura de la mujer de moño rubio y ojos filosos.
Mí jefa no estaba nada feliz e iba a hablar pero la voz de un hombre me calla.
—No puede ser.
Arrugó la frente y un extraño sentimiento de familiaridad viene a mí.
Dejo de mirar a mí jefa para mirar al chico sentado en la silla frente al escritorio de cristal.
Y si mis tacones de punta no fueran lo suficientemente resistentes al pegarse al suelo ya me hubiera caido.
Mi corazón empieza a latir con rapidez y de a poco mí boca se empieza a abrir del asombro.
No puedo creerlo.
—Que…carajo…
Escuche a Charlie pedirme educación pero no podías dejar de verlo a…él.
Estaba ligeramente cambiado, su pelo más largo, sin sus aros, una ligera barba de dos días y sin traje.
Parecía más adulto...más intelectual o vaya a saber que mierda más.
Pero era el, sus ojos azules seguían igual, su nariz perfecta y sus pecas también.
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casualidades del amor
Romance~Somos una casualidad llena de intención.~ -Mario Benedetti A Nicole le parece algo absurdo e improbable lo que le está pasando, tenía que hacer la portada del libro del hombre que la había enamorado en París... Prometio mantenerse alejada del amor...