Capitulo 25

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Siete años después.

Mientras más difícil sea la vida del escrito, más complicado de entender se vuelve su poesia.

Esa frase la dije hace unos años en una entrevista para el New York times y muchos no entendieron a qué me quería referir.

Entonces me di cuenta que a veces los escritores tenemos un lenguaje oculto que solo los desgraciados por la vida entendemos.

Estaba viendo a lo lejos como el amanecer se empezaba a despertar y teñia de colores rosa pastel París.

Una ola de recuerdos llenaron mí cabeza en cada respiración honda que daba.

Sonrió para mí mismo cuando una pareja de adolescentes corren hacia el arco de triunfo y se ríen empujandose entre ellos.

Una cálida sensación de calidez lleno mí pecho y internamente pedí que el verdadero amor puro y real sea eterno.

Muchos no entendemos lo que es el amor, pensamos que es tener a la persona que apreciamos a nuestro lado siempre y poder compartir momentos juntos.

Pero el amor es un sentimiento que va más allá de lo físico y cercano.

Es algo que se siente tan fuerte e intenso que no se quiera ni siquiera con el tiempo, la distancia y la falta de contacto físico.

Entendí que puede ser que seas obligado a alejarte de la persona que amas, que la pierdas y nunca la vuelvas a tocar.

Pero el amor sigue ahí, intacto y listo para recordarte a quien amaste alguna vez.

Obviamente amamos a más de una personas pero siempre va a haber alguien que no solo te mueve el mundo, si no que lo mantiene a salvo.

Y esa persona es la que vas a tener en tu corazón hasta el día que mueras.

Un tirón en mí pantalón hace que deje atrás mis pensamientos y dirija mi mirada abajo.

Dos grandes ojos azules me recibieron con alegría pura e infantil.

El pelo castaño oscuro y su tez acaramelada me daban una sensación de nostalgia tan dulce que era imposible dejar de verla.

Incluso las pecas excesivas en su rostro la hacian brillar.

—Arriba.

Una simple palabra que me hizo sonreír como si hubiera ganado la lotería.

Agarre a la pequeña criatura con mis dos manos para levantarla y poner sus piernas sobre mis hombros.

Ella soltó una risa de emoción agarrándose con fuerza de mí pelo para no caerse cuando empecé a caminar.

—Te encontro.

Una suave voz tras mis espaldas me hizo quedarme quieto.

Me gire para ver a la responsable de las cosquillas en mí estómago y al verla solté un largo suspiro.

El pelo largo azabache, ojos grandes marrones y piel idéntica a la pequeña que estaba sobre mis hombros.

El vestido rojo la hacía la hacía resaltar entre todas, incluso embarazada hacía que cualquiera perdiera encantó tan solo con su presencia.

—Siempre lo hace.

Conteste con tranquilidad antes de acercarme a ella hasta poder tener su rostro cerca del mío.

Sin esperar deje un beso sobre sus labios y sentí como mí cuerpo se relajaba.

Era lo que está mujer lograba en mí, me enternecia.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2024 ⏰

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