Capitulo 9

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Apague mí tablet con enojo y tire mí celular dentro de mí mochila.

Un clavo saca otro clavo, ¿enserio?

No podía creer que hayan puesto cosas tan ridículas, pero aunque sabía que seguro estaban exagerando todo seguía enfadada.

Era como si la sola idea de imaginarme a Theo enamorado de otra mujer me volviera loca.

El monstruo verde de mí interior se volvía cada vez más grande, tanto que no conteste ninguno de los mensajes que me mandó desde hoy a la mañana que leí eso.

Estaba cien por ciento concentrada en mí trabajo pero los murmullos de mis compañeros de trabajo cuando pasaban por mí oficina me sacaban de quicio.

Mí telefono vibro dentro de la mochila y como podría ser algo importante lo volví a agarrar.

Y como si no fuera suficiente el estrés que ese hombre me causaba hoy tenía que viajar con el a New York para cenar con mis falsos suegros.


Después de terminar mí hora en trabajo Harrys vino a recogerme para irnos.

Después de unos minutos estabamos en el Jett privado de la familia de Theo.

Porque si, tienen un puto Jett.

—De nuevo ese mal habito?

Le señaló cuando me acerco y le quitó de boca el cigarrillo.

—Hey, devuélveme eso.

Intenta agarrar el cigarrillo pero yo soy más rápida tirándolo por la ventanilla del auto.

Theo me mira ofendido pero yo lo ignoro.

—Saca otro.

El resopla pero me hace caso y cuando lo hace le saco de la manos el cigarrillo apagado.

—Abre.

Me mira como si estuviera loca pero se ríe y abre la boca dejándome poner el cigarrillo entre sus labios.

—No lo prendas.

Le digo y gira los ojos.

—Y que sentido tiene eso?

—Es una metáfora.

Exprese pero el seguía sin entender y yo abrí los ojos.

—No leíste bajo la misma estrella de John?

Su cara me dijo que no y indignada decidi no seguir con la conversación.

El cerro los ojos recostado en el asiento del Jett sin decir nada pero todavía con el cigarrillo entre sus labios.

Yo también me relaje y rápidamente me dormí.

Llegamos a New York después de 8 horas y estando muy nerviosa cuánto subimos a un auto que nos llevaba directo a la casa de los padres de Theo.

—Tranquila, mí madre es un dolor en el culo pero estoy seguro que con tu carácter la domaras.

Me aseguro cuando llegamos mientras bajamos del auto y abrió la puerta de la enorme casa.

Pase y el me guió por el lugar explicándome cualquier detalle, cuadro o objeto que me causará curiosidad.

Vi un enorme cuadro de un anciano en sillas de ruedas y el que parecía ser Theo adolescente a su lado.

—Es tu abuelo?

Le pregunto y el asiente.

—Está en un asilo en Londres y lamentablemente solo quiere conocer a mí esposa así que en unos años lo conocerás.

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