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En el bullicioso pasillo de la escuela primaria de South Park, Cartman y Kyle se enfrentaban una vez más, sus rostros enrojecidos por la ira mientras intercambiaban insultos.
Cartman: ¡Eres un mocoso judío, Kyle!
Kyle: ¡Cállate, gordo inútil!
Kenny, Stan, Wendy y Butters observaban desde la distancia, acostumbrados a las peleas constantes entre los dos.
Kenny: ¿No se cansan de pelear?
Stan: Parece que es su forma de relacionarse.
Wendy: Es extraño, pero parece que disfrutan peleando.
Butters: ¡Sí, es como un deporte para ellos!
Mientras tanto, Cartman y Kyle continuaban su discusión, atrayendo miradas curiosas de otros estudiantes.
Cartman: ¡Eres un fastidio, Kyle! Siempre tratando de arruinar todo.
Kyle: ¡Tú eres el fastidioso, Cartman! Siempre con tus estúpidos planes y tus insultos.
A pesar de sus constantes peleas, en el fondo, ambos sabían que había algo más entre ellos. Una extraña conexión que los mantenía siempre cerca, incluso cuando estaban en medio de una pelea.
Cartman: (susurrando) Oye, Kyle...
Kyle: ¿Qué quieres ahora?
Cartman: No lo sé, solo... ¿nunca te has preguntado por qué siempre terminamos discutiendo?
Kyle frunció el ceño, sorprendido por la pregunta de Cartman.
Kyle: Supongo que es porque simplemente no podemos soportarnos el uno al otro.
Cartman: (bajando la voz) A veces pienso que es algo más que eso. Como si... no sé, como si nos necesitáramos el uno al otro de alguna manera.
Kyle lo miró con incredulidad, sin poder creer lo que acababa de escuchar.
Kyle: No puedo creer que esté a punto de decir esto, pero... tal vez tengas razón. Tal vez hay algo más entre nosotros.
Antes de que pudieran profundizar en esa extraña revelación, sonó la campana anunciando el final del receso.
Stan: ¡Vamos chicos, es hora de volver a clase!
Cartman y Kyle se separaron, cada uno perdido en sus propios pensamientos sobre la conversación que acababan de tener. Aunque seguían sin entender completamente su relación, algo estaba claro: la línea entre el amor y el odio entre ellos era más delgada de lo que nunca habían imaginado.
