Margot Taylor Capitulo 5

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A su servicio--saludó la muchacha con una cortés reverencia, el hierático hombre, viéndola desde su altura.

--He revisado la lista de invitados y empleados. Debo indicarle que no encuentro su nombre, procedencia o recomendación. -- Dijo el hombre sin contestar el saludo de ella, manteniéndose en la misma pose de suficiencia.

--Soy la nueva dama de compañía de la Srta. Catalina. Margot Taylor a su servicio. --explicó la muchacha.
--El encontrar dama de compañía, ciertamente fue una tarea que se encomendó a .—replicó el hombre simulando sorpresa.
--La Srta. Catalina decidió por sí misma. --Explicó a su vez la joven entendiendo que se había ganado un enemigo de gratis; pues ella era la prueba palpable que no era tan eficiente al encomendarse una labor.
--Ya veo .Ojalá sea a su conveniencia únicamente. Espero no se defraude la inocencia de Mi Señorita Catalina. En todo caso no lo permitiré. --Finalizó el hombre sin importarle que Margot tratase de cubrir con la puerta su cuerpo tapado por la manta de dormir.
--Sean dadas sus gracias—dijo la joven para cerrar la puerta, pero el hombre agarró la misma y continuó en un tono diferente, masticando cada sílaba..

--Señorita Taylor. Conozco a las personas que haciendo artimañas buscan ganarse el afecto de sus patronos. No se equivoque conmigo. Yo soy el escudo de piedra que protege a esta casa y sus miembros. Debo confesar que la vi ayer en su forma de actuar. Me pareció una sucia treta para engañar a una inocente señorita. Conozco a las del tipo que usan su ropa, que hablan como usted y actúan igual a usted. No sé por qué. Pero no me dan confianza y usted menos. --Finalizó el delgado y calvo hombre con una fría mirada en su rostro de hielo.

Le disgustaba ver a la mujer tapándose con la puerta, descalza y con una manta. Era una sucia provocadora,
Margot lo miró y esta vez sí trancó la puerta ante la lujuriosa mirada del hombre. Este trabajo traía de todo. Hasta enemigos gratuitos. La muchacha sentándose al borde de la cama... Hundió su cara entre sus manos y soltó un sollozo. Todo era por Mary...

Secando sus lágrimas e inspirando fuerte buscó sus ropas. Nada. Ni siquiera sus zapatos. Esa si era una broma de mal gusto.

Un toque de puerta la hizo abrir con cuidado, envuelta en sus sábanas, tapándose con la puerta. Una de las servicio le traía su traje y zapatos, todo limpio, planchado y pulido.

--Gracias. No debió molestarse. Yo acostumbro a lavar mi ropa.

Fue anoche mientras dormía. Fue orden de Lady Katherine...

--Ka...Ta..Alinna.--—trato de corregir Margot

--Sí. Eso. Kat...--- dijo la servicio entregándole su ropa.

--Creo que necesitaré ropa de trabajo—dijo Margot .

--Mi lady no dispuso nada de eso, pero si.....Hay un closet con uniformes.

--Debo tomar uno.

--Yo se lo traigo. Se ve fácil encontrar uno de su talla—--dijo la otra--- ¿Con delantal?

--No.. No lo creo necesario. Pero sí. Sin duda necesito un uniforme.—--dijo Margot

--My Lady creo que la esperara para desayunar. Detesta comer sola.

Minutos después Margot y la servicio caminaban por la inmensa mansión. La servicio le hizo en apenas dos minutos un dossier.

----El señor casi nunca estaba en la casa. Era muy madrugador. No respetaban la ceremonia del té. Más bien tomaban café. La niña no tenía mucho protocolo a la hora de comer. En las tardes se trasladaba hasta el oratorio de la mansión... Trajo un gigantesco cirio, el cual nunca debía apagarse, se sentaba en silencio con una manta de lujosos encajes en su cabeza , le daba vueltas a unas semillas con cuerda.

CONDESA Tamara Del Calvario del RioWhere stories live. Discover now