margot taylor. capitulo 8

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Le puedo asegurar que me destrozaron el corazón con gran rudeza y por este momento me repongo de mis heridas—dijo la joven perdiéndose en el abismo de los brillantes ojos negros del hombre.

Le puedo asegurar que me destrozaron el corazón con gran rudeza y por este momento me repongo de mis heridas—dijo la joven perdiéndose en el abismo de los brillantes ojos negros del hombre

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--Lamento escucharlo. Pero una joven de tanta frescura e inteligencia, de seguro sobraran aquí mismo los galanes dispuestos a pelear y cuidar de usted y su corazón. La vida es más duradera cuando tenemos anhelos y deseos hacia un ser amado.--Es notable esa teoría—contestó la muchacha fascinada de bailar con el hombre más bello y rico de toda la fiesta-- ¿La pone usted en práctica?--Por supuesto que sí. Mi hija es todo para mí.Ambos quedaron atrapados por un momento en la mirada del otro, que hizo borrar la música, la fiesta, y el momento. Ella quedó atrapada en el torbellino de la danza del hombre, pues Camilo bailaba elegantemente, pero con una sensualidad embargante, felina, dominante. Eran los mismos pasos, pero totalmente diferente en su soltura a los bailarines ingleses, dejándola por instantes completamente subyugada en los latidos de su corazón.Los aplausos los trajeron a la realidad. Estaban solos en medio de la pista y un sonriente Harrignton fue al rescate de ambos.




XCatalina vio con el mayor entusiasmo a su padre bailar, reír, estar alegre y conversar con Margot. Pero casi inmediatamente un hombre rubio, delgado y elegante se plantó ante ella ofreciéndole su mano, llevándola a la pista con las piezas bailables que incrementó el entusiasmo de la gente. De paso el hombre era notablemente feoLa joven miró a su padre y Margot e hizo el gesto de ¿Qué se va a hacer?El hombre comenzó a bailar y le dio dos solemnes pisotones a la muchacha.--Perdone mi nerviosismo. Estoy perturbado por su belleza. John Spencer para siempre de usted.Catalina había bailado con varios jóvenes galanes absolutamente fastidiosos y acartonados. No sabía dónde estaban los ingleses guapos y bellos. Este pertenecía a los de cara larga, lampiños y con expresión de bobo que mostraban unos inmensos dientes. El otro grupo eran de los que parecían tener toda la sangre en la cara y la gran mayoría ocultaban su rostro con barbas, bigotes y unas horrorosas patillas. Aparte de los que tenían piernas larguísimas y talle corto.--Es muy galante--—contestó la joven, no pudiendo ubicar al hombre en medio de las sábanas o junto al río Cinaruco, por lo feo que era.--Se de sus hazañas y ardía en deseos de conocerla—dijo el hombre neciamente, mientras se mantenía en su horroroso baile—He estado fielmente enfrente a la acera de su casa solamente con el ansia de ver su presencia. Debo confesar que ninguna explicación logró acercarse en nada a tan portentosa belleza.Catalina mostró cara de asombro. El caballero tenía intenciones de acapararla. Cosa que no contaría con la colaboración de ella. En esta fiesta estaban llegando jóvenes más interesantes que este pésimo bailarín, aparte de feo y fastidioso. No soportaría tres días en esas condiciones.Catalina apenas sobrevivió al baile, le echó tierra en los ojos a Spencer y se escondió en medio de los participantes de la fiesta. Huyó al inmenso balcón que presidía la sala, lo hizo caminando a través de las inmensas cortinas y cuando salió aspiró aire fresco.

CONDESA Tamara Del Calvario del RioWhere stories live. Discover now