Margot Taylor Capitulo 6

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II

Varios días de rutina en la inmensa casa. Conversaciones rutinarias... Catalina observando las recomendaciones de la joven Margot..

Camilo llegó de su corto viaje de negocios , entró a la inmensa mansión. La joven dama de compañía le fue presentada.

Después de un rápido saludo y sin prestarle más atención, Camilo de la Fuente se retiró a sus habitaciones a descansar

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Después de un rápido saludo y sin prestarle más atención, Camilo de la Fuente se retiró a sus habitaciones a descansar.

Margot quedó en estado de absoluta conmoción.

Para empezar no era un anciano, él era un joven viudo, elegante, un caballero viril, extremadamente sencillo, de una belleza absoluta y proporcionada. No tenía la costumbre inglesa de barba y bigote, mostrando toda la hermosura de su rostro viril. La joven sintió sus ojos humedecerse, y sus manos fueron atacadas de un incontenible temblor una vez que lo saludó, pues la presencia del hombre la hizo sentirse débil, desvalida, al faltarle repentinamente la respiración. De ahí venía la infinita belleza de Catalina. Compartían los mismos ardientes e inmensos ojos negros, igualmente eran idénticos en el pelo azul negro liso. Su rostro era muy clásico, con un exuberante color de piel moreno muy claro que la dejó muda y anonadada. Un hombre en extremo recio, muy proporcionado, alto y la ropa parecía hecha únicamente para él. Nunca imagino encontrar un hombre tan inmensamente atractivo.

Catalina, a pesar de su edad no dejó de notar el arrobamiento de la otra y comentó.

--¿Verdad que mi padre es bellísimo?. No puedes negarlo. Pero debo decirte que soy celosisima con él. Después de la muerte de mi madre se ha casado 6 veces. A todas mis madrastras las envenené y enterré en los confines de nuestra hacienda--—informó la joven con toda naturalidad, para aclarar cualquier futura situación en cuanto a ese particular.

--No lo dudo, señorita Catalina-- contestó la otra con un estremecimiento.

Era el peor mira y no toques que jamás hubiese conocido......

Por un momento ambas quedaron en silencio.

--Mentira. ¿Cómo crees?--—exclamó Catalina con un repentino ataque de risa, al ver el desconcierto de la otra. —Quiero ver a mi padre feliz, nuevamente casado. Todavía es fuerte y puede dar hijos. Quiero tener el placer de un hermano. Se marchita. Se está muriendo por dentro. ¡Cómo puedo dejarlo así?!. Me impide casarme, pues no quiero dejarlo solo. Apenas tiene 39 años. Aquí es un viejo. Allá en mi tierra está en pleno apogeo para cumplirle como es debido a cualquier joven.

--¡Dios!-- contestó Margot ante la franqueza de la otra--—Esas cosas no se dicen.

Catalina la miró analizándola repentinamente, pero inmediatamente desechó el pensamiento.

--Bueno, en mi tierra todas sabemos la teoría. Pero la práctica llega siempre cuando una menos se lo imagina.-- Concluyó la muchacha.

Margot desvió su rostro. Una lágrima cruzó traicioneramente en su mejilla. Ella tampoco sabía la práctica, y estaba en el umbral de quedarse sin conocerla nunca, pues estaba pasando el tiempo de recibir una propuesta seria de matrimonio.

CONDESA Tamara Del Calvario del RioWhere stories live. Discover now