Margot Taylor Capítulo 4

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Margot trató de alejarse, dominando su conmoción. Ya tenía el trabajo y había comenzado de la forma más inimaginable que podía suponer.

Catalina la tomó del brazo, y obligándola a llevar su mismo paso, acercándose al primer grupo de invitados, lanzándoles una maravillosa sonrisa.

--Incline la cabeza. No le de la mano a ninguno. Eso mostraría una deferencia hacia quien lo haga y un ultraje a los demás. Una leve inclinación de cabeza y diga su nombre nada más—susurró velozmente Margot al oído de la otra, tratando de hacerlo con disimulo.

--Una simple cortesía. No se apresure a saludar o recibir a alguien. También marcaría una diferencia si usted no los conoce. Converse ligeramente. No más de unos minutos..Luego siéntese y todo se desarrollará bien.-- -- indico velozmente Margot hasta donde podía recordar.. Afortunadamente Londres siempre era Londres. Por los momentos no había un salón secundario para invitados de baja ralea.

Catalina asintió. Las tomaba en el aire, y así lo hizo, resolviendo con facilidad la situación ante los invitados

La joven había entendido la trampa de su padre. Utilizó la peor forma de indicarle que para ser una joven de sociedad debía aprender sus normas. Esperaba que la joven se diera cuenta de sus limitaciones mediante un práctico ejemplo. Afortunadamente, para ella esta joven Margot le cayó del cielo y el ridículo que su padre esperaba de ella se diluiría en la brisa de las ventanas. Era el clásico método de enseñanza de su padre. Aprendió a nadar porque la lanzó a un río. Cabalgó en caballo porque la montó en uno y le dio dos fuetazos soltándola en medio del llano.

--Quiere que aprenda las costumbres inglesas en medio de la sociedad—-- pensó la joven, conversando y saludando a los invitados, apoyándose en Margot.

La reunión se animó, se animó y se animó. Las conversaciones se extendieron. Las rebeliones en el Sudán, la campaña de Egipto, la reciente visita a la ciudad de Julio Verne , muchos temas de conversación fueron del agrado de todos en las horas subsiguientes.

Los visitantes se fueron satisfechos a pesar de que no fue un baile, sino un simple compartir de presentación . Catalina respiró aliviada, pues entregó las invitaciones para la fiesta que pronto Harrignton y De la Fuente darían...

Margot se divirtió de lo lindo a pesar de su traje y sus nervios; su aspecto aparentemente no fue visto por nadie, aunque sabía el tamaño de las tijeras con que la cortarían en los comentarios del día siguiente.

Catalina sin palabras le agradeció.

Margot repentinamente recordó. La Sra. Stockton le ofreció unos chelines para regresar. La servidumbre continuó su trabajo aparte de la reunión , ya habían terminado. De seguro estaba dormida. No tenía ni un penique para regresar, debía hacerlo para avisarle a su hermana que estaría fuera por varios días.

La casa quedó sola e iluminada. Catalina se disponía a subir la escalera, después de informarle que mañana tendría lista su habitación. Margot se inclinó para despedirse. La joven se devolvió repentinamente viendo a Margot, quien se preparaba para caminar por muchas horas en las solitarias y peligrosas calles.


 --¿Es muy lejos dónde vives?—preguntó, comprendiendo repentinamente, al ver la silenciosa confusión de la otra– ¿Debes avisar a alguien que no vas a estar?. Tenías que decirme para pedir a cualquiera de nuestros invitados llevarte.-- Dijo la muchacha preocupada. Margot guardó silencio.

La muchacha entendió. Nadie la hubiera llevado al saber la dirección.

Decidió...


CONDESA Tamara Del Calvario del RioWhere stories live. Discover now