Margot Taylor. Capítulo 10

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Daniel Hudson era la excepción de la regla. Policía mediocre veía complots y delitos donde no los había. Cuando Spencer le expresó sus supuestos temores siguió a las jóvenes. Las vio departir alegremente en un caro y fino Bistró. Luego comprobó los caros y exclusivos regalos de Catalina a la otra. Ni por un momento supuso que eran muestra de un sincero afecto de la joven por la otra. Incapaz de conocer conceptos como amistad, lealtad, compañerismo, Concluyo tajantemente que la joven indígena estaba bajo una suerte de hechizo mesmeriano que la obligaba a darle todo a la vagabunda. Estaba más que seguro que si la llevaba detenida las víctimas acudirían inmediatamente en su socorro. Por eso, gracias a la ayuda de Brown supo del viaje de La Fuente. Ese era el momento de actuar.

Al llevar a Margot detenida le fue encontrado el brillante y el dinero. Ya no albergó ninguna duda del robo continuado de esta en detrimento de los salvajes. Amen que le era imposible a la joven demostrar de manera alguna que un gentilhombre le hubiese manifestado una propuesta matrimonial, por la sencilla razón de haberse ido. Eso y la casa miserable donde vivían fue el corolario a la investigación afiebrada del hombre.

Margot Taylor fue detenida, fue acusada del Robo de joyas, de intento de Estafa, acompañada de una sospecha de prostitución. Las pruebas aparentemente eran contundentes. Un anillo de diamantes de aproximadamente 500 Libras, unas 80 Libras en billetes halladas en su cartera y portadora de un traje de nada menos que 250 Libras. Era la absoluta flagrancia en la denuncia interpuesta en su contra por el Sr. Camilo de la Fuente de su puño y letra.

De nada valió su protesta, donde indicó que ¿Cómo era cierto todo eso?, si su supuesto denunciante le acababa de hacer una propuesta matrimonial. Con solo llamarlo todo se aclararía. Pidió un abogado, el fiscal impidió usar el dinero para costearse uno; asignándole uno de oficio, que solo se presentó al final de la audiencia preliminar y se mantuvo en un silencio displicente, aconsejando que se declarase culpable, que con una noche del uso de sus encantos con el Juez, la pena sería la mínima.

Daniel Hudson solo se burló de la joven en el cáustico interrogatorio que le hizo, pero el juicio estaba tan fuera de forma que el abogado defensor en medio de su fastidio se quejó y solicitó la presencia del denunciante, para que por formalismo ratificaral la denuncia. Por eso Hudson ordenó a un policía ir a la mansión, muy convenientemente el Sr. Brown lo recibió en la puerta, indicando que el Sr de la casa tenía días en Portugal y la bella Lady no se encontraba, pues disfrutaba del cambio de guardia. No se le debía molestar por esas nimiedades; adicionó que avalaba absolutamente la denuncia contra esa Arpía, malévola quien actuaba con una cómplice infiltrada en medio de tan noble familia.

La Sra. Stockton fue detenida esa misma noche y llevada a prisión junto a Margot. La audiencia conclusiva fue fijada para 60 días después. Ambas mujeres fueron enviadas a la prisión de Edimburgo, pues la prisión de Londres fue clausurada debido a una terrible epidemia de cólera que se desató en los barrios pobres unas semanas antes.

I

Catalina en medio del mayor asombro leyó la carta de renuncia que muy a propósito le entregó el Sr Brown. La joven quedó estupefacta. Pero... Es que...

¿Cómo alguien renunciaba y dejaba su neceser junto a todas sus cosas?. ¿Cómo alguien renunciaba y dejaba su íntimo diario a la vista?. La letra parecía haber sido hecha bajo una gran presión o rapidez. No le pareció ser muy igual. Algo muy grave debió suceder, para que esa chica inglesa tan auto controlada tomase esa extraña decisión; Sobre todo pues ella misma al regalárselo la amenazó que en la primera oportunidad lo leería para saber de quién estaba perdidamente enamorada en ese silencio tan sufrido.

Era evidente que Margot se había fugado. ¿Estaba embarazada? , fue el pensamiento más real que se le cruzó, por la vergüenza huía de ella.

CONDESA Tamara Del Calvario del RioWhere stories live. Discover now