Capitulo 11.

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Celebración de la victoria.
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Juliet Laurent Pov.

Cada año desde que la diosa Gaia fue derrotada se realiza una celebración en honor a los mestizos que pusieron su vida en peligro para salvar al día y … Bueno, al mundo. Normalmente, solo celebrarían a los siete semidioses de la profecía, pero eso sería ignorar el papel que jugaron Reyna y Nico en dicha travesía. Así que la celebración se centraba en ellos y no olvidar; No olvidar lo que sacrificaron.

Se suponía que iba a despertar muy temprano esta mañana para terminar los preparativos de la fiesta y asuntos relacionados con mi trabajo de cupido en el campamento mestizo, pero Nico no me dejo ir esta mañana y cuando intente irme decidió acompañarme.

Me gusta estar con Nico, pero tiene la costumbre de morderme y me estoy quedando sin opciones para ocultar las marcas que deja en mi cuerpo.

Hemos pasado mucho tiempo juntos, y al principio no hablamos gran cosa, literalmente demasiado desesperados por estar encima del otro para hablar, pero recientemente pasamos horas y horas hablando antes de tocarnos.

Viene a mi cabaña, y hacemos un viaje de sombras a la suya. Luego conversamos de temas casuales o viejas historias de nuestra extraña vida como mestizos. Tomamos un baño juntos o vemos una película.

Incluso en una ocasión nos quedamos dormidos antes de siquiera besarnos, claro que Nico lo recordó a la mañana siguiente y se aseguró cobrárselas.

Cuando llegamos al templo hace una hora Nico era reacio a ayudarme, pero luego de verme subir en una escalera para poner luces él decidió sostenerla sin que se lo pidiera, luego me ayudó con las flores y después con los globos.

Y así termino siendo mi asistente.

Aunque más que ayudar, solo está distrayéndome con sus tonterías. Me hace cosquillas, me besa cuando estoy distraída, mete sus manos debajo de la de mi falda o me da palmaditas en el trasero cuando paso a su lado.

— Ya basta.— Digo entre risas y pequeños gemidos ahogados.

Me sacudo y agitó en los brazos de Nico mientras él reparte besos por mi nuca y mi cuello haciéndome reír.

— ¿Por qué? ¿Te molesta?— Se aferra a mi cintura y se pega a mi cuerpo—¿Es fastidioso?— Nico clava sus dedos enjoyados en mi vientre y arrastra su lengua desde mi mandíbula hasta mi pómulo, haciéndome chillar.— Bah… No finjas que no te gusta, te encanta que te moje.— Exclama con burla.

¡Alto cupido! °[Nico Di Angelo]°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora