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Su casa y la de Kushina habían desaparecido. No había desaparecido, pero era diferente. Cambiada. Otras personas vivían allí, como lo habían hecho durante años. Hacía tiempo que se habían deshecho de sus pertenencias.

Todos sus recuerdos se habían perdido.

Minato estaba desplomado contra los cojines del sofá, con la mirada fija hacia delante. En algún momento tendría que volver. Aunque no lo hiciera, le encontrarían. Sólo que... Necesitaba un momento para sí mismo.

Le habían dicho que Kushina había muerto tras el estallido del Kyūbi. ¿Era ésa toda la verdad? Minato conocía los riesgos de que una jinchūriki diera a luz. Él y Kushina habían hablado largo y tendido sobre el tema. Habían desarrollado planes de contingencia, por si algo salía mal. ¿Probaba esto que no habían hecho lo suficiente?

Algo debía de haber provocado el estallido del Kyūbi. Había muerto gente en el ataque, gente que no era Kushina. Si Minato no había hecho lo suficiente para impedirlo, su sangre estaba en sus manos.

Cuando sintió que una presencia entraba en el apartamento, sólo se sentía entumecido.

"¿Te han hablado de mí?" preguntó Minato.

Hizo una pausa. "Tenían el presentimiento de que vendrías aquí".

Había intentado prepararse para ello esta vez, y aun así Minato se sintió sorprendido por aquella voz que sonaba demasiado grave. Se giró. "¡Eres más alto que yo!", exclamó, mirando a Kakashi entre mortificado y sorprendido.

Kakashi parpadeó, y su único ojo visible se abrió de par en par. Luego, aumentando la extrañeza de la situación, se echó a reír. Kakashi se rió, como si la incredulidad en la voz de Minato no hubiera hecho estallar de rabia a su yo más joven. "Supongo que al final tenía que dar un estirón".

Hubo otros cambios. Kakashi llevaba la cinta de la cabeza de modo que le cubría uno de los ojos. También se comportaba de forma diferente. Había desaparecido la estricta rigidez de su juventud, la tensión en los hombros, el ceño fruncido que le hacía parecer constantemente molesto. Kakashi parecía más relajado que nunca. El chaleco de jōnin le sentaba bien.

Se dio cuenta de que Kakashi también lo miraba. "¿Qué pasa?"

"Nada, es que...". Kakashi apartó la mirada. "Nunca me había dado cuenta de lo joven que eras. Cuando me tomaste como alumno".

Minato se echó hacia atrás, atónito. Esto no era más que un dolor de cabeza a punto de producirse, pero ahora Kakashi era mayor que él. Su alumno era mayor que él.

Y le miraba como si esperara que se desvaneciera en el aire. "¿Kakashi?"

"Lo siento. Kakashi apartó la mirada. "Hacía mucho tiempo que no te veía".

Minato no sabía qué decir. Algo en aquella frase le parecía tan frágil. ¿Qué le había ocurrido a Kakashi durante su ausencia?

"Cuéntamelo", dijo Kakashi, con la voz entrecortada. "¿Qué habrías hecho si yo me hubiera mudado y tú hubieras entrado en el apartamento de un desconocido?

Minato no consiguió esbozar una sonrisa. "Kakashi... ¿Había algo que quería preguntar? ¿Para qué quería oír la respuesta? "Kushina y yo. ¿Sobrevivió algo nuestro?".

Kakashi hizo una pausa, clavándole una mirada. A Minato le costó leerle. "Realmente eres tú, ¿verdad? ¿Cómo es posible?"

Minato se encogió de hombros con impotencia, levantando la mano. "¿Un experimento de Fuinjutsu que salió mal? La verdad es que no había tenido tiempo de averiguarlo". O la motivación. Era difícil que le importara cómo había sucedido.

Naruto - El tiempo corre como la tinta ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora