𝑰𝒏𝒕𝒓𝒊𝒈𝒂𝒅𝒂

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Entre los frondosos arboles se encontraba nuestra querida ángel

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Entre los frondosos arboles se encontraba nuestra querida ángel. Sus alas, grandes y resplandecientes, se plegaban con gracia a su espalda, sus ojos muestran un gran brillo, atentos y ansiosos por la creación de los primeros seres humanos, dos seres poseían una chispa divina, una esencia única que los separaba del resto de la creación.

Cuando finalmente aparecieron, Yael se escondió detrás de una cascada de flores enredaderas. Adam y Lilith emergieron de la tierra húmeda como si fueran esculturas divinas cobrando vida. Sus cuerpos eran perfectos, sus movimientos llenos de gracia y curiosidad. Yael observó con fascinación cómo exploraban su entorno, tocando las hojas, sintiendo el césped bajo sus pies desnudos, y aspirando el aire puro del Edén.

Lilith, con su larga cabellera rubia y ojos de un hermoso color violeta, se movía con una mezcla de delicadeza y determinación. Sus dedos rozaban cada planta con reverencia, como si sintiera una conexión íntima con cada hoja y pétalo. Yael pudo ver en ella una fuerza interior, una llama que ardía con una intensidad propia.

Adam, por otro lado, tenía una presencia distinta. Era alto, con una postura erguida y segura. Sus ojos, de un dorado penetrante, miraban el mundo con una especie de asombro y superioridad. Se movía como si el Edén le perteneciera, como si cada criatura y planta estuviera allí para su disfrute personal. notó cómo su mirada a veces se perdía en su reflejo en los ríos cristalinos, admirando su propia imagen con un orgullo como si su propia existencia fuera la culminación de toda la creación.

Yael los observó con fascinación, cada uno era una obra maestra a su manera, se encontraba desconcertada. Había en él, algo que la intrigaba, una energía que no podía definir con claridad. Sus gestos y miradas sugerían un ego que podría convertirse en un problema, pero también una capacidad para liderar.

Decidió que no podía mantenerse oculta por más tiempo, surgió de entre las enredaderas florares, Adam y Lilith se detuvieron en seco, maravillados ante la aparición celestial.

-Es un placer al fin conocerlos, Adam y Lilith -hablo con su melodiosa voz.

Lilith inclinaba la cabeza en señal de respeto, Adán mantenía su mirada fija en ella, casi desafiándola, una sutil risa salio de sus labios, para continuar.

-Ambos son los primeros de su especie. Este lugar es su hogar, un paraíso donde podran vivir en armonía con toda la creación- Vuela alrededor de ambos humanos.

Prometiendo enseñarles todo lo que debían y así puedan vivir su vida a plenitud, pero por un momento recordo a su hermano lucifer y su conversación, su ceño se frunce levemente sacudiendo esas ideas, al volver su mirada a los humanos sus ojos miran Adam fijamente.

Hubo un momento de conexión intensa entre Yael y Adam. Los ojos de él brillaban con curiosidad y desafío, mientras que los de Yael mostraban firmeza y determinación.

-Empecemos, entonces. Hay mucho que mostrarles.-Con un gesto grácil, los condujo a través del jardín, explicándoles las diferentes plantas y criaturas, mostrándoles los rincones ocultos y los lugares sagrados.

A medida que avanzaban, Yael no podía evitar fijarse en las interacciones entre Adam y Lilith. Lilith absorbía cada palabra, cada enseñanza, con una humildad y un deseo genuino de aprender. Adam, por su parte, escuchaba, pero a menudo interrumpía con comentarios sobre cómo podrían usar o cambiar lo que veían (le parecía irónico le hizo recordar su hermano lucifer).Yael veía en él una ambición que, si no se controlaba, podría llevar al conflicto.

Sin embargo, había algo en Adam que la atraía, algo que la impulsaba a querer entenderlo mejor. Quizás era su confianza, su seguridad inquebrantable, o tal vez era la chispa de potencial que veía en él, la posibilidad de que, con la guía adecuada, pudiera convertirse en un líder justo y sabio.

 Quizás era su confianza, su seguridad inquebrantable, o tal vez era la chispa de potencial que veía en él, la posibilidad de que, con la guía adecuada, pudiera convertirse en un líder justo y sabio

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Lucifer entró en su habitación celestial, un rincón apartado del bullicio del reino de los cielos. Su rostro reflejaba una tristeza profunda, una melancolía que no se veía en su habitual expresión de diversión y entusiasmo. Cerró la puerta tras de sí y se dejó caer sobre su lecho, un suspiro pesado escapando de sus labios. Sus pensamientos volaron inmediatamente hacia Yael, su hermana querida estaba en la tierra, verla en el cielo lo habia animado por un momento pero saber que tenia que ir con la junta, debia dejarla ir.

Desde que ella había descendido, el cielo parecía un lugar aún más inhóspito para él. Los demás ángeles de la junta celestial, con su rigidez y su constante adhesión a las reglas, nunca lograron comprender la inquietud que agitaba su alma. Eran tan formales, tan estirados, siempre preocupados por mantener el orden y la perfección, sin dejar espacio para la duda o la curiosidad. Yael, en cambio, siempre había sido diferente. Con ella podía hablar sin temor, podía expresar sus pensamientos, ella lo escuchaba y si ella creia que algo no estaba bien lo expresaba, pero nunca lo juzgaba.

Recordaba cómo, en noches tranquilas, ambos se sentaban en el borde del firmamento, observando la vasta creación debajo de ellos. Yael escuchaba pacientemente, sus ojos llenos de una comprensión que iba más allá de las palabras. "Lucifer," le decía ella, "no todos entienden lo que es sentir tanto, pero eso no significa que estés solo".

-Hermana mia, no sabes cómo te extraño.-murmuro para si mismo, cerrando sus ojos.

El sol comenzó a ponerse, tiñendo el Edén de tonos dorados y rosados

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El sol comenzó a ponerse, tiñendo el Edén de tonos dorados y rosados. Yael llevó a Adam y Lilith a un claro donde el cielo parecía más cerca y las estrellas comenzaban a brillar.

-Este es el lugar donde pueden descansar y reflexionar.- les dijo -Mañana continuaremos nuestra exploración.

Mientras el cielo se oscurecía y las primeras estrellas brillaban con intensidad, el ángel observo que Lilith se había acostado y cerrado sus ojos al igual que Adam, los veia dormir, se percato que ambos temblaban y con sus alas los acobijo.

Su vista se dirije a las estrellas, con nostalgia oculta su rostro en sus rodillas, extrabaña a su hermanito. Pero sus pensamientos fueron interrumpido al sentir una caricia en sus alas, un escalofrio recorre su cuerpo y se da cuenta que Adam las tocaba dormido.























































Si ven algún error me notifican por más que lo revise puede que deje alguna palabra mala o repita algunas...espero que les guste ❤️

Hɑbibi (Adɑm x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora