𝑫𝒆𝒔𝒐𝒃𝒆𝒅𝒊𝒆𝒏𝒄𝒊𝒂 𝒚 𝑬𝒙𝒊𝒍𝒊𝒐

82 4 0
                                    

Me disculpo este capítulo puede que al principio no tenga muchos diálogos, es para que vean mi headcanon lo que sucede y este será el capítulo más largo que escribo.

Me disculpo este capítulo puede que al principio no tenga muchos diálogos, es para que vean mi headcanon lo que sucede y este será el capítulo más largo que escribo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Yael recorrió el Edén con pasos inquietos, su mirada rebuscando entre los frondosos árboles y los riachuelos cristalinos. A cada paso, el aire del Edén llegaba a su oídos el susurro de las plantas. Sin embargo, había un nombre que destacaba sobre todos los demás en la mente de Yael: Lilith.

La buscaba con una gran necesidad urgente. Yael sabía que algo andaba mal, Adam no era del todo sincero con ella, el por que lilith se había ido, sentía un vacío profundo en su interior, una ausencia que resonaba con la misma intensidad que el silencio del jardín.

Al no encontrar rastro de Lilith, Yael se detuvo un momento para reflexionar. Fue entonces cuando un pensamiento inquietante cruzó su mente: no solo Lilith estaba desaparecida, sino que su hermano: Lucifer, también se había esfumado. Con un nudo en la garganta, comenzó a atar cabos, cayendo en la cuenta de que ambos se habían ido juntos. El miedo se apoderó de ella y un escalofrío recorrió su espalda. Se abrazó a sí misma en un intento de encontrar consuelo, pero el frío interno persistía.

¿Cómo le explicaría esto a la junta celestial? La mera idea de enfrentar a los serafines y querubines con la noticia de que Lilith había desaparecido era aterradora. Yael sabía que se esperaban respuestas de ella.

Con el corazón acelerado, se dirigió al lugar donde sabía que encontraría a Adam. Al llegar, lo vio sosteniendo unos pescados recién cocidos, su rostro iluminado por una sonrisa radiante que parecía iluminar el entorno. La visión de Adam, con su energía positiva y su presencia tranquilizadora, la hizo sentir más ligera. Yael se permitió un momento de respiro, disfrutando de una conversación grata y relajante con él. En esos momentos, todo parecía estar bien, como si el mundo se limitará a ese instante de paz compartida entre ellos.

Sin embargo, en el fondo de su ser, Yael sabía que algo no estaba bien. La desaparición de Lilith y Lucifer no era un simple incidente que pudiera olvidarse con una sonrisa o un abrazo. La gravedad de la situación pesaba en su corazón, aunque tratara de ocultarlo tras una fachada de normalidad. El Edén, con toda su belleza y serenidad, se sentía incompleto sin ellos y la sombra de su ausencia parecía alargarse, oscureciendo incluso los momentos más luminosos.

Mientras Adam seguía hablando, Yael lo observaba, su mente dividida entre la realidad presente y la inquietante verdad que acechaba en su interior. Sabía que no podía posponer por mucho tiempo la conversación con la junta celestial, pero por ahora, decidió aferrarse a la calma que Adam le ofrecía, a la paz momentánea de su compañía. Se prometió a sí misma que encontraría a Lilith y Lucifer.

Con un suspiro, Yael se acercó más a Adam, permitiéndose disfrutar del momento, aunque solo fuera por un breve instante. Porque en su corazón sabía que la verdadera batalla estaba por comenzar, y necesitaría toda la fuerza y el coraje que pudiera reunir para enfrentarla.

Hɑbibi (Adɑm x Oc)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora