Esencia del Crepúsculo ✦ taegi

Capítulo 7

En el jardín de mi corazón, el amor florece,
como rosas rojas que abrazan la aurora.
En tus ojos, encuentro el universo entero,
y en tus labios, el susurro de mil versos.
    
— Pablo Neruda

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Yoongi caminaba por una calle estrecha y adoquinada, flanqueada por altos edificios que proyectaban sombras alargadas sobre el pavimento. La luz parpadeante de las farolas apenas alcanzaba a iluminar su camino, creando una atmósfera sombría y misteriosa.

A medida que avanzaba, Yoongi comenzó a sentir una sensación de inquietud, como si alguien lo estuviera observando desde las sombras. Cada paso resonaba en el silencio de la noche, haciendo que se preguntara si estaba solo en esa calle desierta.

Los pasos parecían seguirlo, pero cuando Yoongi se volvía para mirar, no veía a nadie. La sensación de ser seguido lo hacía caminar más rápido, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras intentaba mantener la calma.

Las luces de las farolas parpadeaban intermitentemente, arrojando sombras inquietantes sobre los edificios cercanos. Yoongi se sentía cada vez más tenso, con la certeza de que alguien lo observaba desde la oscuridad.

Finalmente, llegó a un cruce y giró en una esquina, tratando de dejar atrás la sensación de ser seguido. Aunque la calle seguía desierta, se sintió aliviado al ver una luz brillante a lo lejos, indicando que estaba cerca de su destino.

Yoongi se detuvo frente a la puerta de su casa, sintiendo un leve alivio al llegar a su destino. Con manos ligeramente temblorosas, sacó las llaves de su bolsillo y trató de abrir la puerta, pero algo parecía estar obstaculizando el mecanismo de la cerradura.

Frunciendo el ceño con frustración, intentó nuevamente, pero la llave no giraba con suavidad como de costumbre. Con un suspiro de exasperación, sacó su teléfono para iluminar la cerradura y ver si algo estaba obstruyendo el mecanismo.

Para su sorpresa, no había nada fuera de lo común en la cerradura. Sin embargo, la sensación de ser seguido aún lo perseguía, haciéndolo sentir incómodo y ansioso por entrar a su casa.

Con un último intento, giró la llave con más fuerza, y esta vez la cerradura cedió con un chasquido. Se giró bruscamente al escuchar un ligero crujido detrás de él, su corazón latía con fuerza y su cuerpo se tensó instintivamente. Sacó de su funda su arma que estaba en su cintura, la mantuvo fuera de la vista de la persona que lo asechaba. Para su sorpresa, se encontró con Taehyung parado justo detrás suyo, con una sonrisa pícara en el rostro.

— ¡Taehyung! ¡Casi me matas del susto! — exclamó, llevándose una mano al pecho para calmar sus latidos acelerados.

Taehyung rió suavemente, disfrutando de la reacción de Yoongi. — Lo siento, no pude resistirme — dijo, con una chispa traviesa en sus ojos. — ¿Te estoy asustando, ángel? —

Yoongi sacudió la cabeza con una sonrisa, aunque aún se sentía un poco nervioso por la sorpresa. — Solo un poco — admitió, tratando de volverá a guardar su arma. — Pensé que estaba solo —

Taehyung se acercó a él con una expresión suave, colocando una mano reconfortante en su hombro. — Lo siento, no quise asustarte — dijo sinceramente. — Solo quería asegurarme de que llegaras a casa bien

Yoongi se relajó ante el gesto de Taehyung, sintiéndose reconfortado por su presencia. — Gracias, Tae — dijo, con gratitud en su voz. — Me alegra verte

Taehyung sonrió cálidamente. — El placer es mío, Yoongi — respondió. — ¿Puedo entrar?

Yoongi asintió, abriendo la puerta de par en par para que Taehyung pudiera pasar. Ambos entraron a la acogedora sala de estar, donde la tenue luz de la lámpara creaba una atmósfera tranquila. Se sentaron en el sofá, y Taehyung se volvió hacia Yoongi con una expresión seria.