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Desvió la mirada, todos los ojos estaban en ella, y solo en ella, como una chica, nueva a los ojos de los demás, podía atreverse a desafiar a la estrella del patinaje en japón.

El corazón le latía lento, casi tanto que pareciera que en algún punto dejaría de latir. Tal vez tenía la ventaja, o tal vez no, quizás los años de entrenamiento de esquí y de surfear servirán de algo.

Tal vez los entrenamientos que consisten en una tabla bajo tus pies si tendrán su fruto, o tal vez no, y la verdad es que no quería tomar riesgos.

¿Pero había siquiera opción?

—Hoy, a las 10, en "S" — proclamó Miya con una sonrisa de lado —. Esta vez no escapes.

Mikeyla no hizo más que asentir con la cabeza y arrastrar a cleo, tomó sus cosas y se fue sin mirar atrás, no quería ver como se burlaban de ella por tan patético acto.

Se sentó con frustración en una de las sillas de unos cuantos parques más lejos y tomó aire hasta llenar sus pulmones.

—Lo siento — Susurro Cleo al darse cuenta de lo que había hecho —, la he visto tan triste que... no pensé en las consecuencias.

—Pues ahora estoy peor Cleo, gracias, en serio — Reclamó rodando los ojos y posando su frente en sus manos.

No conversaron más a lo largo de las dos horas en las que tardaron en llegar a un hotel formidable, y aun cuando llegaron a la habitación Mikeyla solo se dignó a tirarse a la cama y cerrar los ojos por lo que para ella fueron minutos, pero realmente fueron horas.

—Señorita — Susurro Cleo sacudiendo con cuidado a Mikeyla para despertarla —... Tenemos visitas.

—¿Qué?

—Que tienes vistas Mikeyla, y espero que me expliques por qué demonios te fuiste de la nada — Protestó la fastidiosa voz de Lian.

—Joder — Reclamó la chica no dispuesta a verle la cara a su hermanastro —¿Cómo supiste donde estaba?

—Porque tu celular tiene la ubicación prendida — Murmuró con los dientes apretados —. Por que te fuiste.

—-Para estar lejos de ti, pero mira que no funciono — Protesto levantandose de la cama con mala cara —. No sabes cuando te odio.

—¿¡Tienes una jodida idea de como se puso papá al enterarse de que su hija, menor de edad, devil, se fue a japón donde estaba casualmente su madre biológica!?

—Lian, Liliane es mi única madre, y creeme que no le quiero ver la cara.

—¿Entonces a qué viniste? A buscar dorayakis — Exclamó enojado con los dientes apretados.

—A ver a alguien más, pero mira que las cosas no me están saliendo bien — Suspiro tirándome una vez a la cama mirando el techo.

—Por algo será no, tal vez dejame pensar... ¡Te fuiste de casa sin avisar!

—No tiene nada que ver — Susurro cerrando los ojos. Tomó una vez más una bocanada de aire —, lo he jodido todo.

—Si, me alegra que te des cuenta, lo jodiste a lo grande.

Mikeyla no dijo nada más, sus ojos se cristalizaron al recordar las palabras de Miya, tal vez si era demasiado egoísta para darse cuenta de que sus palabras no habían sido las mejores.

Y demasiado orgullosa como para aceptar que es culpa de ella que la amistad se terminara.

—Soy una idiota — Lloriquio al sentir como su corazón se encogia y el pecho le apretaba —. Una completa idiota, egoista y orgullosa.

Cartas del misterio| Miya shinen \FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora