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—¿Qué dijiste? —Preguntó Mikeyla incrédula.

—Aposté a que ganabas, pero estabas perdiendo y ahora perdi diez dólares — Se quejo —, Gracias Mikeyla.

—¿Qué te hace creer que estaba perdiendo? —preguntó la chica conteniendo las emociones.

—El puntaje — Señalo el chico a los tableros, Miya tenía treinta y dos y ella solo dos.

—El... puntaje — Repitió —. El puntaje... Lian el puntaje.

—Claro. Solo tienes doce puntos.

—El puntaje — Murmuró Miya conteniendo las risas.

Las risas de Miya se hicieron notar en el público el tapaba su boca tratando de contenerse pero fue inevitable contagiando al resto.

—Lian, matate, hazle un favor al mundo, y matate — Pidió la chica tomando a Lian de la camisa — ¡Esto no es Futbol, basquetbol o voleibol no hay puntajes! Eso de ahí son las personas que apostaban por quien ganaba, pedazo de animal, quien gana es el primero que pasa la línea.

Mikeyla solto a Lian y se toco el puente de la nariz con frustración pensando en lo serca que estaba de ganar de no ser por el idiota de su hermano.

—¡Pensé que te estaban robando, matando o violando y ahora me dices que estaba perdiendo por el puntaje! ¡El puntaje! ¿Qué clase de imbécil eres? —Grito para luego corregirse —. No, debí predecirlo cuando te subes en Mongo a la jodida patineta .

—¿Entonces no califica por puntaje? —Preguntó incrédulo.

—Lian, estaba ganando, tenía la delantera, estaba a un simple Ollie de ganar, y tu gritas y me preocupas por que lo primero que pasó por mi mente fue "Estan asaltando, golpeando o violando a mi hermano" pero no, estabas preocupado por el puntaje...el maldito puntaje.

—Pff — Se burló con más ganas Miya —, he escuchado cosas únicas, pero "el puntaje" de tu hermano superó todo —Se burlaba hasta tal punto en el que parecía que convulsionaba —. Y yo soy el que tiene cara de imbecil ¿No?

—Lian, ten dignidad y lárgate antes de que alguien te tome una foto y la publique en redes hablando sobre tu estupidez — Pidió Mikeyla empujando a su hermano legos —, por que eres el unico imbecil que se preocupa por el puntaje en Stake.

La chica se tapó la cara ante la verguenza momentánea.

—Tu hermano es un idiota unico — Exclamó uno de los espectadores.

La joven despejó las manos de su cara y miró al chico que estaba hablando, era un chico con barba y mala pinta, desprendía un mal olor y se le notaba las drogas por todos los ángulos.

—Él sabe manejar una empresa de millones, es el heredero de las empresas de Evans Starck, gana en dos días el dinero que ni tres generaciones de tu estúpida y miserable familia ganara, sabe cuatro idiomas y es nadador profesional. ¿Y tú qué eres? — preguntó mientras se acercaba.

Tomó al chico de la camisa y le dio un golpe en la mejilla desquitando la frustración de perder.

—Un idiota que a lo mucho sabe cuando es dos más dos, por que lo más seguro es que tu vida este llena de drogas por la ditalación de tus ojos y tu mal olor. Un fracasado como tú no alcanzaría a ganar ni el 0,0001 por ciento de las ganancias que gana mi hermano en un miserable minuto.

Apretó más el agarre del chico quien la tomó de las manos provocando que Mikeyla lo soltara con asco al tacto.

—Y yo por otra parte, se boxeo y Taekwondo así que di algo más de mi hermano y te acomodo el cerebro que tal vez ni tengas, por que la unica persona que tiene el derecho a insultar maldito miserable soy yo y nada más que yo, pero seguramente no sabes quienes somos y no te culpo un idiota como tu no sabe ni donde esta parado.

—Oye detente — Pidió uno de los amigos del chico.

—Nadie, repito, insultó a mi hermano. Por que es el mayor imbécil de la historia pero solo yo tengo el derecho de decírselo en la cara. Una mierda como tu no tiene derecho ni de respirar cerca de nosotros los Starck.

Mikeyla escupió en la cara del hombre con desagrado demostrando su superioridad, tal vez la frustración, odio, enojo, emoción, y el ambiente le habían dado el coraje para hablar de esa forma. Y no se arrepentía.

Dio media vuelta y golpeó la patineta para tomarla en mano.

—Nos vamos — Exclamó enfadada.

—Espera, esto no termina — Intervino Miya —, Señorita Starck, antes que nada, espero que no le moleste si respiro su mismo aire. Fuera de eso, la carrera no puede ser válida.

—Jodete — Exclamó Mikeyla ante las primeras palabras del chico —. Sigue burlándose de mi Miya, por favor.

—Ahí, perdóneme. Procurare respirar lo menos posible — Se volvió a burlar generando el disgusto de Mikeyla —. Señorita Starck.

—¡Sigue con lo de la señorita Starck y yo te! — Se quejó sin terminar la frase.

—¿Tu qué?

La chica tomó aire por tres segundos y lo mantuvo en su cuerpo por esos mismos tres segundos, de igual forma lo expulsó con la lentitud de tres segundos, una técnica para calmarse.

—Ten una linda noche — Señalo con desdén tratando de irse.

—Ya, hablando enserio Mikeyla — Empezó Miya —. La pelea no puede ser válida. Ibas ganando, tu hermano te distrajo, no puede contar como una victoria para mi.

—Miya, si te apetece mañana hablamos, es más te invito a almorzar si gustas, pero deja que me vaya antes de que decida partirle la cara a Lian enfrente de todos —Pidió estresada.

Miya arrugo los labios con disgusto pero se hizo aun lado para darle paso a la chica quien se alejó con su hermano a trompicones.

El joven Miya se quedó mirando a la chica por muchos segundos antes de sentir como sus amigos se acercaban.

—Entonces, la chica de las cartas regresó — Exclamó Langa mirando como se alegaba.

—Si — Respondió Miya dando media vuelta, se acercó a la maleta que contenía sus cosas, noto como la maleta estaba abierta por lo que se apresuró a revisar que todo estuviera en su lugar.

Pero al parecer no es que hubieran sacado algo, más bien habían metido algo... Una carta.

Miya duró más de treinta segundos en comprender, pero luego sonrió y guardó la carta antes de que alguien la viera.

—Eres una pequeña cobarde.

Cartas del misterio| Miya shinen \FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora