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—Cleo — Llamó el mayordomo interrumpiendo en la cocina — La señorita te llama ¿Qué hiciste?

La joven mucaba negó con la cabeza dejando claro que no había echo nada malo salió de la cocina y antes de irse exclamó

—Ya vuelvo. Voy con la señorita — Inclinó levemente la cabeza y camino a pasos apurados en busca de la señorita MIke.

Al llegar a la habitación duro unos segundos antes de abrir la puerta y pasar, al entrar cerró la puerta tras de sí y miro por los lados buscando a Mike.

—Cleo — Escucho el susurro de su nombre y volvió a mirar —. El no destruyó la Carta — Exclamó con un tono de alegría.

La joven mucaba miro a la niña con una sonrisa, estaba envuelta entre las sabanas abrazando la almohada y ocultando su sonrisa en la misma.

—Eso es estupendo — Felicito la mucama haciendosd al lado de la chica —. Venga, empezamos con la siguiente carta.

Aplaudió mientras le extendía la mano a la señorita quien la tomó y la siguió hasta el escritorio en donde se sentó.

Tomó una hoja de papel y un lápiz antes de empezar con la siguiente carta del día.

[...]

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Ne, miya-kun

Hola, de nuevo.

Esta es ya la segunda carta, quería preguntar ¿Cómo estás?

Yo estoy bien. Supongo.

En este momento me alegra saber que estás leyendo mis cartas.

Aunque también existe las posibilidades de que la hayas votado o la vayas a portar, si ese llega hacer el caso esto mal.

Muy mal, y será tu culpa.

Bueno, hoy realmente no tengo mucho que decirte.

No soy una persona muy ingeniosa con el tema de las cartas, digamos que esta es la segunda carta que escribí de manera informal para un chico.

Supongo que es por eso que no tiene la mejor relación.

Aun así, quería darte las gracias.

Ayer, luego de clases. No logre darte la carta para ese día —Por que claramente no puedo darte una carta diaria—.

Pero aún así, ayer te vi sonreír.

Fue muy tierno, demasiado honestamente.

Porque verte haciendo tu mejor esfuerzo para sonreír a los demás fue algo que me emocionó por completo.

Ya no tenias esa cara neutral que nos demostraba a todos que lo que menos querías hacer amigos, y que en algún punto me daba miedo.

Lo único malo.

Lo único malo es que sabía que esa sonrisa no era real.

Se que te pedí que sonries pero no te quiero obligar, no te pediré algo que no quieres hacer.

Por qué esa sonrisa era fingida, y en mi caso que conozco esas sonrisas lo note.

Pero aún así te lo agradezco.

De verdad muchas gracias.

Nos vemos Miya—Kun.

Espero y tengas un lindo día.

Cartas del misterio| Miya shinen \FinalizadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora