Podía decirse que había tenido peores experiencias al momento de comer, es más seguramente esa era de las mejores que había tenido al momento de comer en familia.
—Eres un insecto — Gritó la mujer mientras tomaba la Copa de vino y la lanzaba cerca del hombre —. Tras de que nunca estás no eres capaz de tratar a una dama como se debe.
—¿Tu eres una dama? Por favor, me acabas de tirar una Copa — Regaño el otro tomando en sus manos una cuchara sintiendo la tentación de tirarla a la cara de la mujer delante de él.
Por otra parte Mike se encontraba mirando todo con desdén, preguntando el motivo por el cual no le estaba dando dolor de cabeza o ganas de morir.
Solo escuchaba los gritos de sus padres y el estruendo de los platos y cubiertos chocar contra las paredes o los pisos.
No hizo nada más que mirar la forma en la que se insultaban mutuamente y no se esforzó en detenerlos.
Se escabullo entre la pelea saliendo del comedor con un pedazo de pan en la mano y caminando en pasos lentos hacia su habitación.
—Señorita — Llamó la voz de Cleo detrás de Mike quien volteo a verle —. ¿Se escapó?
—Si — Respondió rápido incluso cuando no era buena idea decirlo en voz alta —. No le digas a nadie.
—No se preocupe — Sonrió la mucama acompañando a la chica a su cuarto —. ¿Hoy escribirá una carta?
—No — Negó con la cabeza tirándose a la cama — Solo quiero dormir hoy — Exclamó en un susurro.
La muchacha asintió con la cabeza y salió de la habitación dejando a la chica sola, no le molestaba porque al final, no había ruido, gritos o platos rotos en el suelo.
Y eso era lo importante, no había más alegría que estar calmada sin miedo a que un plato te lastime.
Cerró los ojos una vez más, pero esta vez ningún sueño la siguió.
Al despertar, no hizo más que adelantar los cuadernos y realizar las tareas, miro las hojas y estudió un par de horas.
A la mañana siguiente, domingo, se acurruco en la cama y se perdió en el mundo de los sueños hasta el día lunes en donde con pesadez se metió a bañar se salió, se cambió y camino sin desayunar hacia su institución.
Había amanecido de un pésimo humor, pero todo dio un giro brusco cuando lo primero que vio al entrar a clases fue la delicada sonrisa de Miya quien miraba su celular de lo más calmado.
Tenía una sonrisa trazada en los labios, con los ojos calmados y la vida tan relajada alrededor de él.
Oh, mierda, el día había mejorado a medias.
Y digo a medias porque segundos después de entrar, la joven Mike terminó siendo arrastrada en una avalancha de personas.
Personas que estaban jugando entre ellas, perdieron el equilibrio y se llevaron a la chica con ellos.
—Oh, santos cielos qué pena —Exclamó el mayor causante.
—Si sintieras pena, no serias tan estúpido y sabrías caminar como se debe — Le recalcó la chica volviendo a su humor inicial.
Se levantó a duras penas y se limpio la falda, se acomodo el cabello y arrastró los pies hasta su asiento en donde se tumbó con desdén.
Las clases empezaron, y que mala suerte que fuera lunes a primera hora y en matemáticas.
—¿Señorita sabe que hay que hacer? — Preguntó el profesor a la joven que tenía la cabeza apoyada en la mesa y los brazos enrollados.
Mike levantó la cabeza y miró el tablero.
ESTÁS LEYENDO
Cartas del misterio| Miya shinen \Finalizada
Storie d'amoreCartas, escritos que representan los sentimientos. Pueden varias en su contenido. Cartas para informar, renunciar, despedir, pero también, para dar paso a un hermoso amorío. Las cartas son el mejor medio de comunicación para aquellos que no sabes...